Fabrica la fibra óptica

Cómo se fabrica la fibra óptica

El proceso mediante el que se fabrica la fibra óptica tiene que ser de una precisión milimétrica.

A veces los objetos más cotidianos son producto de procesos industriales de gran complejidad. Es difícil apercibirse de la técnica que llevan por detrás muchas de las cosas que utilizamos diariamente, sobre todo de las que parecen más sencillas. La fibra óptica bien puede entrar dentro de esta categoría. Es la responsable de sustituir a los viejos cables de cobre que han vertebrado las comunicaciones durante décadas, pero su proceso de fabricación requiere de una precisión significativamente mayor.

Si la producción de cables de cobre se puede considerar un proceso industrial, en la fabricación de la fibra óptica entra en juego la tecnología punta. El resultado son filamentos finísimos de vidrio capaces de canalizar señales luminosas que transmiten información entre dos puntos con altas tasas de transferencia.

Cuando un instalador acude a poner fibra en una casa o una oficina trabaja con un cable gordo, recubierto de plástico duro. Pero a la hora de hacer las pruebas para comprobar el correcto funcionamiento del tendido queda al descubierto lo que en realidad es la fibra óptica: un hilo del grosor de un pelo. El proceso para producirlo empieza con largos tubos de vidrio, una especie de cilindros huecos que son la base de lo que luego se convertirá en el filamento conductor.

fabrica la  fibra óptica
En esta imagen se puede apreciar la delgadez de la fibra óptica

 

Estos tubos se sumergen en ácido fluorhídrico, una sustancia que sirve para eliminar cualquier resto de manchas de aceite, con el fin de asegurar la pureza del vidrio. A continuación los tubos se colocan en tornos que los hacen girar y los calientan a altas temperaturas, hasta el punto de llegar fundirse por los extremos para poder fusionar dos conductos. Cuando la longitud es la adecuada se introduce una mezcla de ciertos compuestos, entre los que están el sílice y un semiconductor como el germanio, en las estructuras. De nuevo se hace girar y se calienta el conjunto.

Con el calor los gases reaccionan y el resultado es un polvo blanco que se sedimenta en el interior del tubo. Ya tenemos el núcleo de la fibra óptica. Una vez obtenido este compuesto la temperatura se aumenta aún más con el objetivo de fundirlo. La forma resultante es un vidrio alargado. En este punto la temperatura vuelve a incrementarse para que el vidrio de la parte exterior se reúna con la varilla de la parte interna, conformando una estructura sólida y alargada.

Estas estructuras se llaman preformas y el siguiente paso es adelgazarlas. De nuevo se hace aplicando calor, en este caso a uno de los extremos, que se ablanda. La preforma está en posición vertical y la gravedad hace que el vidrio se estire hacia abajo, incluso se apoya este proceso colocando un peso muerto en la parte inferior. Esta parte es delicada, pues su resultado es el pelo de la fibra óptica, cuyo diámetro tiene que ser de 125 micras. Tanto este parámetro como la tensión del filamento tienen que controlarse de forma precisa.

Tras este paso definitivo el resultado se cubre de una capa acrílica para protegerlo y ya está listo para introducirse en un cable. Esta es una de las formas en las que se fabrica la fibra óptica, un material sobre el que se han alcanzado tasas de transferencia que se miden en Tbps o incluso más.

Imagen: Twistiti y Wikipedia

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