Cuando la innovación se convierte en estándar

Que grandes marcas como Samsung, LG o Apple no hayan sido las primeras en llegar a las pantallas sin marcos deja claro lo mucho que ha cambiado el concepto de innovación en los últimos años.

Uno de los grandes cambios del presente año en cuanto a innovación, es que la que se está produciendo no es exclusiva de las grandes compañías, entendiendo estas como las que tienen grandes inversiones en investigación y desarrollo. Remontándonos a 2007, Apple tuvo que hacer grandes inversiones para lograr un panel multitáctil, y más tarde tuvo que comprar Siri o Authentec, la empresa que le llevó a ser pionera en lectores de huella de calidad, plasmados en Touch ID. Este año la tendencia es la eliminación de los marcos del frontal, y la innovación no sólo no la sostiene una gran marca, sino que no ha llegado mediante ellas.

Hace unos años fue Sharp la pionera en mostrar un smartphone sin bordes en la parte superior y en los laterales, acumulando, eso sí, toda la electrónica necesaria en la parte inferior a modo de barbilla. En 2016 fue Xiaomi quién tomó de ahí la idea y la integró en su Mi Mix, un móvil más conceptual o prototípico que comercial, pero que está vendiendo. Son dos grandes ejemplos de cómo la innovación actual, aunque sea sólo en ciertos aspectos, se ha democratizado en tanto que los fabricantes de componentes genéricos tienen las piezas necesarias desde prácticamente el mismo momentos que los grandes actores. De hecho, han sido LG y Samsung, con los G6 y S8, los últimos en llegar y, aunque hayan dado el golpe mediático y comercial, ya nunca serán visto como exclusivos o los primeros.

Y no es poca cosa. El efecto que en su día consiguió LG con los «minúsculos» marcos del LG G2 le pusieron por delante para muchos de alternativas más completas como el Galaxy Note 3. Más tarde, Samsung logró algo similar con las curvas de sus terminales «Edge», y Apple lo hizo durante más de un año con su pantalla Retina. La tendencia del adiós a los marcos ya no pilla a nadie por sorpresa, hasta el punto de que la nueva y recién constituida compañía de Andy Rubin, el creador de Android, también ha conseguido crear un smartphone, el Essential, que sigue esas líneas, tal y como el propio Rubin mostró con una misteriosa fotografía a modo de anticipación en Twitter.

https://twitter.com/Arubin/status/846396881668210688

De la compañía de Rubin se espera mucho, pues las primeras informaciones apuntan a que estará centrada en la gama alta y en la inteligencia artificial, lo que resulta muy ambicioso para un recién llegado, aunque sea comandada por una figura tan importante en la historia reciente de la era smartphone. Habrá que ver qué es capaz de aportar su producto a una realidad en la que lo que más sensación ha causado en los últimos meses ha sido el nuevo Nokia 3310.

En este sentido, el mensaje para los grandes es claro. El mercado, además de estar saturado y haber llegado al aburrimiento que da la brillantez en el momento en que esta se hace global, ha democratizado la innovación para compañías pequeñas por la escala que han adquirido en china los fabricantes de componentes. Al menos, y como poco, ha quitado exclusividad al hecho de que las grandes y novedosas funciones sólo lleguen en terminales con enormes inversiones detrás. Seguiremos viendo terminales con funciones exclusivas como cámara dual de gran valor añadido o escáner de Iris, pero también veremos a marcas semidesconocidas acceder a componentes que de otra manera habrían tardado años en llegar.

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