Científicos de la Universidad Complutense de Madrid desarrollan biocombustibles de alta calidad a partir de aceite de fritura. El biofuel puede ser empleado en motores diésel.
La economía circular es una de las grandes apuestas de la Unión Europea. En la propia Estrategia Europa 2020, se marca como prioridad utilizar eficazmente los recursos. ¿El objetivo? Reaprovechar, reciclar y reutilizar materias antes inimaginables, como los desechos. El aceite de fritura también se encuentra entre ellos, y el gran desafío es poder transformarlo en biocombustibles útiles.
Una investigación de la Universidad Complutense de Madrid ha conseguido desarrollar biodiésel a partir del aceite de fritura. Según explica José Aracil, catedrático de Ingeniería Química, «la calidad del aceite influye mucho en el desarrollo del biodiésel”. Su estudio ha determinado qué porcentaje de acidez es el óptimo para poder reutilizar el aceite sobrante de nuestras cocinas.
En su trabajo, publicado en la revista Fuel, los científicos han visto que si la acidez de dicho aceite supera el 2%, el biodiésel obtenido no es de suficiente calidad. En otras palabras, la producción de biocombustibles como este no cumple con las exigencias europeas.
La pureza del biodiésel también viene marcada por el número de veces que el aceite de fritura haya sido reutilizado. En ese sentido, los investigadores de la UCM determinaron el índice de oxidación de los fluidos, un parámetro relacionado con el número de ocasiones en las que se empleó ese aceite para freír. Como podríamos esperar, cuanto más se usa, peor es su calidad y, por consiguiente, más reducida es la pureza del biodiésel.
Tal y como señalan desde la Universidad Complutense de Madrid, «el máximo nivel de pureza del biofuel lo consiguieron con temperaturas bajas (de 30 grados) y un 0,8% de concentración del catalizador –sustancia que aumenta la velocidad de una reacción química–». Los aceites de fritura, proporcionados por un gestor de residuos para esta investigación, han demostrado ser un buen material para producir biocombustibles si cumplen una serie de garantías.
En el caso de que el biodiésel generado sea de menos calidad, los especialistas señalan también que puede usarse en grandes motores como los empleados en el transporte marítimo. Aquellos que cumplan con el 2% de acidez, sí es posible aprovecharlos en vehículos con motor diésel al cumplir con la normativa europea. El trabajo muestra, una vez más, la importancia de la I+D+i para impulsar iniciativas como la economía circular y fomentar la sostenibilidad.
Imágenes | Takeaway (Wikimedia), Steve Jurvetson (Flickr)
