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Diseño emergente al servicio de un mundo mejor

Plásticos reciclados y luces leds que conforman, como un lego, un patio de juegos para niños; un globo reconvertido en stand para eventos; un telar tradicional peruano utilizado como pared en un anfiteatro; ó 450 cometas unidas para dar sombra y crear una experiencia sensorial única.

Planchas ideadas para conseguir hasta un 46% de ahorro energético; radiadores que optimizan el consumo al transformar más del 95% de la energía eléctrica utilizada en calor; o lavadoras que gastan un 50% menos de agua.

Bolsos hechos con tapones o a partir de camisetas viejas; zapatos basados en la filosofía del ‘hazlo tú misma’; un tocado en paja de trigo natural o una mochila de cuero de salmón; ropa para niños con elementos de la cultura local (cactus, llamas…) en vez de personajes de Disney, para revalorizar la propia identidad; trajes con mensajes contra la violencia de género; una manta con el alfabeto Braille para facilitar su aprendizaje; o una alfombra hecha de suelas de alpargatas de esparto.

Una silla para niños con dificultades para sostenerse por sí mismos o un ajedrez para invidentes. La salchipapera es un pequeño vehículo que  busca fomentar como negocio rentable la venta ambulante de comida de calidad en las calles; la fibra de coco sustituye al poliuretano en el interior de un coche y el bambú da vida a una bicicleta.

Mobiliario multifuncional capaz de crear distintos espacios: un taburete caja, un banco de hormigón con apariencia de textil, un asiento hecho de corchos reutilizados, o la silla de plástico clásica reconvertida en mecedora. Un pallet de cartón de 5,8 kilos capaz de soportar 1,5 toneladas; o un frutero bowl que se adapta a la tipología y volumen de la fruta o verdura que contiene.

Impactante y trascendente es Spiritree: una urna fúnebre con forma de contenedor de semilla donde las cenizas del difunto alimentan a una planta que nace.

¿Y qué tiene en común todo esto? El diseño como protagonista. La exposición se podía visitar hasta hace apenas un mes en el  antiguo matadero de Madrid.

Creatividad e innovación en busca de beneficios para nosotros, nuestros hogares, nuestros lugares de trabajo, el entorno que nos rodea. Múltiples ejemplos de diseño resolviendo los desafíos que la sociedad presenta.

El de “economías emergentes” es ya un término familiar pero hay también una nueva geografía del diseño e Iberoamérica lleva la voz cantante. La sostenibilidad y el respeto al medio ambiente, la inclusión o la sensibilidad social, la búsqueda de un desarrollo más equilibrado son faros de este diseño comprometido, honesto y optimista con el futuro.

Desguazando la Bienal Iberoamericana de Diseño

“Diseño emergente. Innovación y futuro” fue el lema de la tercera edición de la Bienal Iberoamericana de Diseño – una de las más importantes vías de promoción del diseño contemporáneo en Latinoamérica, España y Portugal – que se celebró a finales de 2012. Más de 400 proyectos de 23 países seleccionados por un jurado internacional  mostraron un diseño funcional y accesible que apuesta por responder a las necesidades de sus sociedades y usuarios.

El diseño no está al margen del momento en que vivimos e Iberoamérica está generando nuevos parámetros que posibilitan soluciones innovadoras acordes con su realidad específica.

Por ejemplo, el “Premio BID12 Diseño e Innovación” fue para Aguara (zorro en guaraní), que es el primer todoterreno eléctrico concebido totalmente en Paraguay, donde funciona la represa de Itaipú, la mayor del mundo. Y el “Premio BID12 Diseño para el Desarrollo” lo obtuvo el proyecto chileno Flume System for Harvesting, un sistema de transporte, limpieza y enfriado para la cosecha de fruta a partir del uso de agua de pozo, que es conducida por un canal abierto que la lleva hasta su contenedor. El sistema aumenta el rendimiento al disminuir las distancias que caminan los temporeros, reduce el daño fisico mecánico de la fruta y además mejora la precosecha pues enfría su temperatura a los pocos minutos de ser recogida.

La preocupación por la sostenibilidad es una constante a ambos lados del Atlántico, y el “Premio BID12-Cosentino” la impulsa. Se hizo con el galardón un proyecto brasileño para obtener agua limpia de las aguas residuales.

Y la necesidad de reforzar el diseño como disciplina para incluir a todos en una sociedad sin barreras lo reconoce expresamente  la Fundación ONCE con el premio “Diseño para Todos”, que recayó en otra propuesta brasileña. En esta ocasión, una silla escolar que  responde a los preceptos del Diseño Universal, y  permite la inclusión de los niños discapacitados en la rutina de la escuela sin distinción respecto a los otros niños, proporcionando a todos una buena postura, estabilidad y seguridad.

Silla

Y también digno de mención es el “Premio BID12 Diseño Gráfico y Comunicación Visual” al proyecto argentino “Mapeo colectivo”, un trabajo colaborativo en mapas y planos cartográficos en los que, mediante la socialización de saberes no especializados y experiencias cotidianas de los participantes, el diseño permite la visualización crítica de los problemas más acuciantes del territorio, identificando responsables, conexiones y consecuencias. La campaña “Todo lo que sube” de Guatemala  muestra las consecuencias de los disparos hechos al aire,  con una línea minimalista e iconográfica. 

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En definitiva, la importancia del diseño, que también puede ser disruptivo en cada una de sus categorías y, sin duda, contribuir a un mundo mejor.

Imagen: Dimad; Biddimad

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