En algunas calles de Finlandia ya circulan autobuses autónomos eléctricos

Aunque de momento sólo en prueba, el proyecto de los autobuses autónomos funcionará en el barrio de Hernesaari hasta mediados de septiembre.

Los sistemas autónomos de conducción van a revolucionar el mercado de los automóviles, pero el del transporte de pasajeros es otro sector que va a cambiar radicalmente, tanto por las novedades que se pueden llegar como por las ventajas que se pueden ofrecer a los pasajeros. Aunque aún falta tiempo para ver autobuses autónomos circulando, debido a los problemas a los que se pueden enfrentar, en Helsinki ya han comenzado a circular minibuses en prueba.

La ventaja en la que se han apoyado los responsables de los minibuses Easymile EZ-10 es que la ley finlandesa permite abiertamente que circulen vehículos sin conductor. Por ello ni han sido los primeros en fijarse en el país nórdico, ni serán los últimos. El proyecto está siendo llevado a cabo por la Universidad de Ciencias Aplicadas de Metropolia.

Además de funcionar sin conductor, los minibuses son eléctricos, con lo que aúnan las dos tendencias que se espera que imperen en los próximos años. Aunque de momento no se plantean utilizarlos para sustituir sino para complementar los sistemas de transporte existentes, sí que piensan en que se acabarán imponiendo, ya que cuando lo hagan deberían llegar acompañados de sistemas de posicionamiento inteligentes que, por ejemplo, puedan adelantarse a la llegada con retraso de servicios que requieran conexión, como aviones o líneas ferroviarias de alta velocidad.

Otra de las novedades que aporta el proyecto frente a otros que han tenido lugar en Finlandia es que las pruebas se están haciendo en un barrio, el de Hernesaari, que presenta un nivel alto de tráfico. Dado que la velocidad media de los minubuses es de unos 10 kilómetros por hora, también es bueno ver cómo se adapta el resto de conductores de la ciudad.

Sin duda estamos ante lo que acabará siendo un estándar en la industria. El reto es que los sistemas de transporte lleguen a ser tan inteligentes como parar responder a demandas puntuales de pasajeros, sean capaces de modificar rutas según la congestión o sean el primer ejemplo de cero emisiones que las ciudades necesitan.

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