España se sitúa en el duodécimo puesto en desarrollo digital

Estamos mejorando en el sector de innovación digital, aunque seguimos a la cola de los países más potentes del G7. El informe de Telefónica Index on Digital Life (TIDL) pondera el desarrollo tecnológico de 34 países. España ocupa el duodécimo puesto a nivel mundial.

Valorar la vida digital de un país no es tarea fácil, sin embargo, el índice presentado por Telefónica, adopta un enfoque integral de los diferentes elementos, que sitúan a un país como referente en desarrollo digital. La mejor puntuación la obtiene Estados Unidos, mientras que Canadá, Reino Unido, Chile, Australia y Colombia presentan un mayor desarrollo del esperado, gracias a su PIB per cápita.

Uno de los retos de América Latina ha sido la implementación de políticas de desarrollo tecnológico, que han servido de trampolín para mejorar las perspectivas de países como Colombia, Chile y México.

En este escenario, el país que peor desempeño digital presenta en el índice en relación al resto de socios del G7 es Italia. En la competencia de los países que tienen mayor población, se aprecia que China gana la batalla a India, situándose en el puesto 24 frente al 28 del país del sur de Asia.

Cómo mejorar en desarrollo digital

La nueva fórmula presentada por Telefónica analiza tres variables relacionadas con la vida digital, basadas en datos de 50 informes previamente publicados por diferentes organizaciones sobre las nuevas facetas de la vida digital. Os las contamos:

  • Apertura digital: se basa en la libertad de información en relación a la libertad de acceso a las tecnologías y a los sistemas.
  • Confianza digital: analiza el grado en que los usuarios confían en las nuevas tecnologías. Se basa en cuestiones referentes a la educación, seguridad y privacidad.
  • Emprendimiento digital: se refiere a cómo las actividades económicas prosperan en un entorno digital

Cómo prosperar en el ecosistema digital

En conjunto, el informe no solo recoge las puntuaciones que han obtenido los países, sino que también se incluyen las recomendaciones que pueden mejorar la creación de un ecosistema digital exitoso, y así, permitir sacar provecho a los puntos fuertes que hacen que un país tenga éxito en el desarrollo digital de sus instituciones. Las recomendaciones propuestas desde Telefónica giran en torno a estos ámbitos:

  • Mejorar las normativas que afectan a la estructura del mercado, a la innovación y a las opciones del cliente.
  • Promover legislación que garantice un entorno digital seguro y fiable en relación a la seguridad, experiencia del cliente, libertad de expresión y privacidad.
  • Desarrollar políticas que promuevan la innovación, las actitudes culturales, las competencias electrónicas y el ecosistema digital de las nuevas empresas.

España mejora en confianza digital

Pues bien, España se sitúa en el puesto duodécimo, con una puntuación de 70,1 sobre 100. Seguimos mejorando, y eso se nota en el ecosistema digital. De las tres variables analizadas, nuestro país obtiene el mejor resultado en confianza digital, impulsado, sin duda, por el alto crecimiento en adopción digital. De hecho, España ocupa el tercer puesto en adopción, respecto al resto de socios europeos.

En este contexto, José María Álvarez-Pallete, Presidente de Telefónica, expone que “el Index on Digital Life refleja el pensamiento de Telefónica de que la tecnología debe estar al alcance de todos. Informes recientes calculan que un aumento del 10% en la digitalización de la economía podría incrementar la tasa de crecimiento del PIB per cápita en hasta un 40 %. Las instituciones, los gobiernos, los sindicatos, las empresas, los legisladores y los ciudadanos deben tomar conciencia del increíble potencial que el mundo digital tiene en beneficio de la sociedad”.

La digitalización obliga a países como España a transformar sus instituciones y estructuras. Sin embargo, el tiempo de descuento ha comenzado, ya que las empresas siguen exigiendo demanda de obra digital. Nos queda mucho camino por recorrer, y, en este sentido, necesitamos aún una armonización de legislación en materia de ciberseguridad.

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