El Real Instituto de Tecnología de Estocolmo (KTH) ha logrado sintetizar un compuesto derivado de la madera más fuerte que el acero o el aluminio.
En las instalaciones del KTH, el Real Instituto de Tecnología de Estocolmo, un grupo de investigadores ha logrado desarrollar un compuesto formado por fibras de celulosa más fuerte que el acero o el aluminio. Este nuevo material, convenientemente modificado, podría ser utilizado en la fabricación de ropa con electrónica de consumo incorporada. Otra de las ventajas de esta fibra es su carácter biodegradable. Al estar basada en celulosa es compatible en todos sus formatos con la naturaleza.
Los investigadores del KTH han logrado un hito con la celulosa. Este material está formado por más de 40 millones de fibras, que la ciencia ya había conseguido separar. Lo que no se había conseguido hasta ahora era volver a juntarlas entrelazadas, de manera que se generaran filamentos tan fuertes como el material original del árbol.
El resultado ha sido una fibra de entre 10 y 20 micras de grosor, es decir, aproximadamente lo que un cabello. Para unir en un filamento el material los científicos han utilizado sal común, como la que se usa para aliñar la ensalada. Aseguran que los filamentos creados así imitan lo que ocurre en la naturaleza, lo que le da características muy valiosas al material. Por ejemplo, un árbol es lo suficientemente rígido como para soportar su peso pero también es flexible como para lidiar con el viento.
Además, el carácter biodegradable del material lo convierte en idóneo para reemplazar otros compuestos como la fibra de vidrio que se usa en coches o en barcos. En el KTH incluso han señalado la posibilidad de servirse de esta fibra de celulosa para sustituir al algodón en la ropa, algo que permitiría rebajar la intensidad de los cultivos de esta planta en todo el mundo, lo que sería de agradecer para algunos lagos y acuíferos, pues el algodón necesita una gran cantidad de agua para su crecimiento.
Hay otro uso al que se podría destinar esta fibra basada en la madera. Se trata de la confección de ropa con electrónica integrada. Modificando la nanoestructura del compuesto se podrían introducir nanotubos de carbono para favorecer la conducción de la electricidad.
Pero el reto ahora es conseguir una producción a gran escala, algo que no siempre es fácil con los nuevos materiales. No hay más que fijarse en el grafeno, cuya investigación se ha popularizado en los últimos años, pero cuyo uso comercial aún está lejos, principalmente debido a la escasa efectividad de los procesos de producción descubiertos hasta la fecha.
Imágenes: thebmag y Matt. Create.
