Esta técnica se basa en la utilización de un rayo láser que logra el aspecto convencional de la impresión.
Los investigadores de la universidad tecnológica de Delft, en los Países Bajos, han desarrollado un nuevo método de impresión. Se denomina carbonización, y consiste en la quema del papel mediante un haz de rayo láser de luz infrarroja que, calibrado con la precisión exacta, consigue el mismo aspecto que el de la tinta negra al que estamos acostumbrados. Para que el proceso sea adecuado, se controla dónde y la cantidad de calor a la que hay que someter al papel, por medio de pulsos que quemarán el material en diferentes tonos de negro imitando el resultado de la impresión común.
Al no utilizar ni tinta ni tóner, se consiguen unos beneficios ecológicos mayores que los de la impresión convencional, así como un ahorro económico en costes de producción muy significativo.
La idea en la que se basa este nuevo proceso parece bastante sencilla, sin embargo, y tal y como asegura Venkatesh Chandrasekar, uno de los investigadores de la carbonización, si intentásemos algo parecido, el resultado será bastante deficiente porque no será posible conseguir un color negro ni tampoco mantener ese resultado en el tiempo. Esto es precisamente lo que han logrado: que la impresión sea muy similar a la que obtendríamos con tinta o tóner.
La buena noticia es que la impresora no tardará en llegar a nuestro entorno, ya que los creadores de este método consideran que esta técnica puede llegar a ser comercializada en dos años con fines industriales y comerciales.
La imprenta: una industria en crecimiento
Es un hecho que las impresoras se van quedando en el olvido poco a poco, ya que la tendencia de almacenamiento de datos en la nube hace que la impresión de documentos sea cada vez menos necesaria. Además, la conciencia social sobre el uso del papel de manera masiva también hace que evitemos imprimir todo aquello que sea prescindible.
Sin embargo, no cesan los avances en la industria de la imprenta que persiguen objetivos mucho más ambiciosos que hace algunos años y que están realmente alejados de lo que consideramos impresión convencional. Todo esto se debe al avance tan significativo que han supuesto las impresoras 3D, las cuales ya se comienzan a utilizar en campos como la medicina o la arquitectura, y que realmente suponen un cambio de 180 grados en la concepción de las impresoras comunes.
Lo que es seguro es que gracias a esta nueva técnica de carbonización se consigue un avance más en esta industria que busca aunar la economía y el reciclaje.
