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Dibujando el futuro de la web social, parte I

En un momento en que la seguridad y la privacidad de nuestros datos en Internet están en tela de juicio, conviene plantear un cambio de modelo.

Como ya adelantaba en la entrevista que Telefónica me hacía hace unos días a razón de SecTrip (ES), la startup que presenté para el programa Talentum Startups Short Track, tenía en mente trasladaros algunas consideraciones en torno al futuro de la web social que estoy desarrollando con vistas a un próximo proyecto, y con la idea de que entre todos perfilemos cómo nos gustaría que fuera el Internet del mañana. Trataremos principalmente dos puntos en una serie de dos posts debido a las amplias ramificaciones del tema.

En esta primera entrada de la serie #FutureWeb, quería hablaros de un tema que sé que a muchos de vosotros (como a un servidor) os preocupa, el de la privacidad, y cómo es necesario reescribir el paradigma de la comunicación en la red de redes para que este valor se anteponga al negocio y el interés comercial.

Antecedentes: Nuestros datos, comprometidos

La mala gestión de la privacidad en los servicios de internet es un hecho inalienable. Podríamos hablar de Google y esa centralización de datos que desde hace algo más de un año nos obliga a ceder información personal al resto de servicios de la compañía, aunque no los usemos, o Facebook, y su clara predisposición a monetizar mediante publicidad todo lo que pasa por sus servidores, pero en definitiva es una constante de la amplia mayoría de servicios en el tercer entorno.

Y tiene connotaciones realmente opuestas al rumbo que debería seguir internet, cuando política de privacidad tras política de privacidad nos encontramos con una verdadera arquitectura desarrollada para favorecer el hurto de datos personales. Karsten Gerloff, presidente de la Fundación de Software Libre de Europa (FSFE), hablaba sobre ello recientemente a raíz de su participación en el Euskal Encounter (ES). La mayoría de medios se hicieron eco de esa frase diseñada para acaparar portadas: «A Facebook le quedan 3 años, y a Google entre 5 y 10«, pero obviaron el resto de discurso, centrado justo en este tema, y que viene como anillo al dedo para introducirlo: «Facebook define quiénes somos, Amazon establece lo que queremos y Google determina lo que pensamos».

Un sistema creado para robar información de los usuarios, y venderla al mejor postor. Un espejismo de trasparencia, donde en ningún momento el usuario tiene control sobre los datos que está cediendo, y que precisamente juega con el desconocimiento para seguir funcionando.

La gota que colma el vaso viene de la mano de los gobiernos de medio mundo, liderados por EEUU y su querida NSA, que aún destapada toda esta red de espionaje mundial, sigue funcionando con las excusas de siempre «la lucha contra el terrorismo» y «si te preocupa, es que tienes algo que ocultar«.

¿Hay alternativa?

La hay, y es precisamente de lo que quería hablaros. La sociedad tiene en buena consideración la transparencia. Nos da confianza, y tendemos a agradecerlo colaborando con que siga tal cual. Frente a este panorama de verdades a medias, y de funcionamiento por oscurantismo, un servidor propone justamente lo contrario: Que sea el usuario quien decida qué datos ofrece y cuáles no.

Hay muchos porqués en los que un usuario querría que x dato fuera a parar a manos de terceros. No creo que haya nadie por aquí que siga pensando que un servicio gratuito es gratuito de verdad. Sabemos que estamos pagando con algo (no es dinero, pero serán datos, o reputación, o difusión,…). Pero lo que es inaceptable es que este pago se haga de puertas para adentro, sin que seamos nosotros quien decida con qué pagar. Extrapolándolo a la compra con dinero, sería lo mismo que si para pagar por un artículo, diéramos nuestra cartera y fuera el dependiente quien cogiera el dinero que le pareciera oportuno.

Tenemos ejemplos que empiezan a despegar, como Reputation.com (ES), que aprovecha el interés del usuario en obtener descuentos para que pague por ellos con datos personales. De esta manera, la decisión de qué datos ceder es únicamente del usuario. La cartera vuelve a manos de su dueño, que es quien saca el dinero.

El siguiente paso, y que a mi punto de vista debería terminar por ser una constante, es la sistematización de este nuevo modelo de negocio mediante perfiles de datos personales. Quizás en este apartado quien lleva la delantera sea Mozilla con Up the People (EN), que aprovecha el potencial de las cookies y la configuración de su navegador Firefox para que el usuario cree centros de interés, de tal manera que una web consultaría esos intereses, y ofrecería información (o publicidad) según los gustos del usuario. Personalización sin tener por ello que robar al cliente.

En la segunda entrada os hablaré del otro punto a considerar: Una vez los datos personales sean nuevamente de dominio personal, el siguiente frente será el contenido que compartimos, centralizado bajo nuestro control, y enlazado por el resto de servicios de forma distribuida.

Para terminar, me gustaría que todos dieseis vuestro punto de vista, y ofreciérais alternativas que os gustaría ver en el Internet del mañana. Estoy en conversación con varios frentes con el fin de estudiar la viabilidad de un proyecto de tal envergadura (colaboraciones, infraestructura, financiación), y del bidireccionamiento que obtenga al respecto dependerá en buena medida el desarrollo del proyecto.

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