La agencia espacial estadounidense está tratando de construir un avión supersónico silencioso.
Los aviones supersónicos hacen mucho ruido. Una vez que se traspasa la barrera del sonido la física se rebela y da lugar a un concierto ensordecedor. Desde 2003 no hay un avión comercial supersónico. El Concorde se creó en los años 70 y tras su desaparición, después de un fatídico accidente, parecía lógico que otros modelos lo sustituyeran. Pero no ha sido así. No solo porque el consumo de combustible es demasiado elevado y los viajes poco rentables sino porque este tipo de aeronaves pueden hacer poco trayectos.
El Concorde cruzaba el Atlántico, donde podía desplegar su velocidad supersónica, pero cuando sobrevolaba tierra tenía que bajar de la barrera del sonido. Tal y como está la tecnología hoy en día no hay forma de hacerlo de otra forma, lo que relega a los aviones supersónicos a volar por encima de zonas no pobladas.
La NASA quiere cambiar esto y está preparando un avión capaz de salvar esta circunstancia. La agencia trabaja en un modelo que podrá alcanzar los 483,21 m/s (la velocidad del sonido es 343 m/s a 20 grados de temperatura y a una presión a nivel del mar). El contratista Lockheed Martin, asociado a la organización espacial, cuenta con un programa en el que está desarrollando un modelo de avión supersónico silencioso.
Lo cierto es que el avión no será exactamente silencioso, pero sí mucho más discreto que el Concorde. ¿Cómo salvará el nuevo avión el ruido supersónico? Para entenderlo primero hay que explicar cómo se producen las llamadas explosiones sónicas. Estas son la consecuencia de atravesar la barrera del sonido. Una vez que la aeronave comienza a moverse más rápido que el sonido se genera una llamada onda de choque, que lleva aparejados cambios extremos de presión y temperatura. A continuación se libera energía y una de las formas de disipación es un estruendo semejante a una explosión.
La onda de choque se crea mediante una fusión de ondas y es precisamente esta fusión la que la NASA quiere evitar. Lockheed Martin está trabajando en un modelo que consta de un solo motor cuyo diseño podrá prevenir las ondas en diferentes partes del avión, con lo que estas no se llegarán a fusionar para formar la onda de choque. Esto se evitará mediante un trabajo de aerodinámica, colocando superficies con capacidad para elevarse o añadiendo alas horizontales en la cola.
El proyecto pretende que este tipo de modelo pueda servir para aeronaves con 100 ó 120 pasajeros o para jets privados. En 2019 podría realizar sus primeros vuelos si las pruebas van bien.
Imágenes: vauvau y Lockheed Martin
