La tecnología para conseguir fabricar tarjetas SD de 1 TB

13 años después del lanzamiento de las tarjetas SD de 512 MB, y dos desde el anterior récord de 512 GB, Sandisk ha presentado las tarjetas SD de 1 TB, que funcionan con NAND 3D y chips de 32 GB.

Cuando la Asociación SD presentó en 2009 la tecnología SDXC, prometieron que, del máximo anterior de 32 GB, llegarían a 2 TB. Sin embargo, han tenido que pasar 7 años para que las compañías de almacenamiento anuncien tarjetas SD de 1 TB, y dos desde que se anunciaron los prototipos de 512 GB, por lo que la cuenta parece sencilla y pensar en chips de 2 TB en otros dos no es descabellado.

Aumentar la capacidad de almacenamiento hasta este nivel no ha sido tarea fácil, nunca lo es. Por el camino han tenido que aparecer nuevas tecnologías que permitan lograr mayor densidad y seguridad que las tarjetas SDXC convencionales. En concreto, una tecnología propietaria desarrollada por Sandisk (que ahora pertenece a Western Digital) y Toshiba que posibilita 32 chips NAND, lo que supone que utilizan 32 chips de 256 Gbit (32 GB) para conseguir el terabyte anunciado.

Para ello la compañía estaría utilizando su memoria 3D NAND con 48 capas y 256 Gbit por chip, frente a la antigua memoria de 512 GB, que utilizaría chips de 128 Gbit fabricados en proceso planar. Aquí 3D significa que las capas están apiladas para reducir el espacio requerido para alojar los chips de memoria 2D tradicional, y es un sinónimo de NAND vertical o V-NAND.

Eso sí, de momento todo queda en prototipo y no existen fechas de lanzamiento, cifras de rendimiento real sobre cámaras ni por supuesto precios, aunque teniendo en cuenta que se trata de almacenamiento para profesionales, las tarjetas SD de 1 TB no serán nada baratas, por lo menos hasta que pasen unos años. Es bueno recordar que las de 512 GB llegaron a unos 800 dólares.

Lo más increible de las tarjetas SD de 1 TB es que «sólo» han tenido que pasar 13 años para que 512 MB de 2003 se conviertan en 2 TB de 2016, en el mismo espacio pero con velocidades exponencialmente mayores. Atrás quedan los tiempos en que una cámara digital ni contaba con ellas o en los que el presupuesto de los usuarios no pasaba de poder permitirse 128 MB, y ya requería un esfuerzo grande después del desembolso de la cámara.

Sobre el autor

RELACIONADOS