Minas inesperadas para la energía solar

En los últimos años se están dando muchos proyectos que pretenden aprovechar superficies yermas para instalar paneles solares.

Los tejados se están quedando pequeños. Ahora un campo de golf abandonado o el mar se pueden convertir en lugares idóneos para instalar paneles solares. Pero también las pantallas de smartphones y smartwatch podrían emplearse para cargar las baterías de estos dispositivos. Cada vez surgen más proyectos decididos a aprovechar superficies expuestas al sol, cuyo uso habitual (si lo tienen) se puede combinar con su transformación en un campo solar.

Los relojes que se cargan mediante energía solar son un invento de hace tiempo. Sin embargo, en aquel momento no necesitaban tanta energía como ahora sí que demandan los smartwatch, cuyas capacidades informáticas succionan sus baterías de litio a un ritmo frenético. De ahí que varias iniciativas anden tras una solución a este problema, que podría pasar por establecer pantallas que capten energía del sol.

Evidentemente una tecnología así rápidamente se introduciría en los smartphones. Pero los dispositivos digitales no son los únicos que podrían obtener energía solar “de paso”, es decir, mientras cumplen con su función principal: ser un smartphone o ser un smartwatch. La diseñadora holandesa Pauline van Dongen ha creado una prenda tipo parca que contiene un bolsillo, cubierto de celdas solares por fuera, donde se recarga un smartphone en dos horas.

Sacarle partido a las grandes superficies

Aparte de las pequeñas superficies existen otras de mayor amplitud. Una de ellas son las ventanas, para las que se lleva tiempo investigando. Pero lo que de verdad marca la diferencia son los espacios grandes. Aquí tiene mucho que decir Japón. Para empezar el país se ha propuesto transformar una serie de campos de golf abandonados en campos solares. Se trata de espacios ideales, pues están exentos de árboles y son amplios.

Pero campos de golf puede haberlos o no, y los que se usan no se pueden plagar de paneles solares. Sin embargo, las vías de comunicación terrestres tienen que estar ahí y parece que van a seguir estando durante bastante tiempo. El proyecto Solar Roadways, surgido de forma prácticamente casera, trabaja en la creación de carreteras solares, que proporcionarían una cantidad ingente de energía, teniendo en cuenta los miles de kilómetros construidos en todo el planeta.

El proyecto Solar Roadways

¿Y por qué no hacer lo mismo con los carriles bici? De hecho sería más sencillo. La empresa TNO construyó en 2014 un tramo de 100 metros, que genera electricidad suficiente para cubrir las necesidades de tres hogares. Entre que se evalúa si merece o no la pena agrandar el tramo de carril bici solar, en Corea del Sur se han decidido a cubrir uno de 32 kilómetros con paneles. El aprovechamiento del espacio aquí es doble. Por un lado dan sombra a los ciclistas y obtienen energía y, por el otro, dan uso a la mediana de una autopista.

carril bici solar
La instalación del tramo de carril bici solar en Holanda

En India también han pensado en cubrir infraestructuras con paneles. En este caso se trata de los canales. La cobertura tiene un primer objetivo: evitar que se evapore el agua de los canales. Pero ya que se construye esta larga superficie, en ella se están colocando placas solares. Y sin abandonar India, antes de dejar definitivamente el sector del transporte, hay que destacar el proyecto de la Indian Railways, que está probando el funcionamiento de paneles solares en el techo de los trenes. Otra superficie desaprovechada; y amplia, sobre todo teniendo en cuenta que en el país circulan cada día alrededor de 12.000 trenes. La idea es reducir el consumo de diésel que tienen los ferrocarriles.

Y qué mayor superficie hay que el mar. Volvemos a Japón para comentar un proyecto que está instalando plantas solares sobre el agua. La compañía Kyocera Corporation tiene previsto poner 30 centrales a lo largo de la costa en los próximos años.

Un momento, sí que hay una superficie mayor que los océanos. Pero no está en la Tierra. El proyecto más loco de todos quizá sea el de la Japan Aerospace Exploration Agency, que estudia la colocación de colectores de energía solar en el espacio. Estos dispositivos, que orbitarían alrededor del globo terráqueo, serían capaces de obtener una gran cantidad de energía debido a su cercanía con el Sol. El paso más complejo, sin duda, es la transmisión de esta energía a la Tierra. Pero hasta 2030 la entidad no tiene previsto que empiecen las primeras tentativas.

Imágenes: Walmart Corporate, Solar Roadways, SolarRoad

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