Con apenas 5 kg de peso y los 10 caballos de potencia de su motor eléctrico, este coche de radiocontrol desafía a los grandes de la alta competición
Conseguir un récord de velocidad en un coche de competición ya no es una cuestión de escala, a tenor del último récord de velocidad con coches de radiocontrol alcanzado por un aficionado, superando incluso la velocidad máxima de coches deportivos como el Jaguar F-Type.
La hazaña de Nic Case, un aficionado al R/C, era superar su anterior marca fijada en 277 km/h con un diseño mejorado de su prototipo conocido como la bala, demostrando que estos coches de competición en miniatura son algo más que un juego de aficionados a la velocidad. Superando el récord mundial de velocidad en 302 km/h, la bala transciende la tecnología de estos coches de competición en miniatura, llegando incluso a desafiar a los grandes de la competición.
La clave de la velocidad punta del prototipo de Case reside en el propio diseño y fabricación del coche. No se trata de un coche que podamos comprar por piezas en una tienda especializada, sino que ha sido fabricado ex profeso para conseguir un vehículo lo más ligero y resistente posible con el fin de alcanzar este récord mundial de velocidad.
Con un peso neto de 4,53 kg y los de 10 caballos de potencia de sus motor eléctrico, convierten la estructura aerodinámica de su chasis en una auténtica bala. Sin embrago, la ligereza del coche y la gran velocidad que alcanza tiende a restar apoyo aerodinámico, reduciendo el agarre de los neumáticos delanteros que tienden a levantar la parte delantera del coche. Este fenómeno produce un efecto giroscópico que tiende a desviar el vehículo de su trayectoria, y a cierta velocidad puede llegar incluso a hacer perder el control del coche.
Para contrarrestar este efecto garantizando un mejor agarre de los neumáticos al asfalto y de la carga aerodinámica del coche a velocidad punta, se optó por un cuerpo en forma de cuchara inversa de perfil bajo y unas llantas más grandes de 3 pulgadas. Del mismo modo, se introdujo un peso de latón en el eje de la transmisión para contrarrestar la inercia del motor, sobre todo cuando se alcanza la velocidad máxima y los neumáticos giran a casi 20.000 rpm.
A pesar de pulverizar el actual récord de velocidad con coches de radiocontrol, Case asegura que introduciendo mejoras y realizando algunos ajustes en la mecánica de la bala, este podría superar los 320 km/h.
Imagen | vía GEEK
