Señales de tráfico con tinta electrónica

Sídney, pionera en usar señales de tráfico con tinta electrónica

La ciudad australiana ha adoptado un sistema de señales de tráfico con tinta electrónica para anunciar mensajes temporales.

Muchas señales de tráfico llevan décadas colocadas, perennes, sin que a nadie se le haya ocurrido modificarlas un ápice. Pero las circunstancias van cambiando y ni los coches son los mismos que antes ni las personas se comportan de la misma forma ni el número de gente es el mismo. En muchas ocasiones una sola señalización tampoco es válida para todas las horas de un día, por lo que es necesario definir fracciones. En la ciudad de Sídney han optado por un sistema que les permite cambiar a placer este tipo de avisos, según las necesidades de la urbe.

Y es que cuando hay partidos de fútbol o de críquet la zona cercana al estadio se transforma, acogiendo una afluencia desmesurada de vehículos que son arrojados donde buenamente pueden sus conductores. Las autoridades de la ciudad tienen que colocar señales temporales para modificar las reglas de aparcamiento y adecuar las vías públicas a las circunstancias.

Si hasta ahora en Sídney se usaban carteles, que posteriormente se retiraban, para indicar las nuevas instrucciones ahora este trabajo lo harán señales de tráfico con tinta electrónica. Se trata de paneles que usan la tecnología de los libros electrónicos. En su superficie se pueden leer textos aunque se esté a plena luz del sol, pues la pantalla no emite luz sino que la refleja.

Señales de tráfico con tinta electrónica

Aparte de no sufrir problemas de reflejo, las señales de tráfico con tinta electrónica tienen la ventaja de consumir una baja cantidad de energía. Gracias a esta tecnología la batería de los libros electrónicos dura semanas, mientras que la de una tableta apenas da para un par de días. Esto permite ser energéticamente autónomas a las nuevas señales, para cuyo funcionamiento solo es necesario el acoplamiento de una placa solar.

El texto que despliegan las señales está controlado por las autoridades de Sídney, que cuentan con un sistema centralizado para enviar los mensajes correspondientes. La conexión de cada señal se garantiza por un chip que despliega una conexión inalámbrica. En realidad estos elementos, así como el sistema que los gobierna no son otra cosa que un ejemplo de Internet de las cosas.

La centralización permite anunciar cualquier modificación en las normas de aparcamiento o de circulación en cualquier momento. Cuando no hay eventos deportivos ni nada que comunicar las señales de tráfico con tinta electrónica se vuelven oscuras. La tecnología la proporciona la empresa eslovena Visionect, que ha colaborado con la autoridad estatal australiana encargada de la construcción de carreteras y de la gestión del tráfico.

Imágenes: Visionect

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