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Talleres de reparación, contra la acumulación de chatarra electrónica

Reutilización frente a reciclaje. Mejor reparar que usar y tirar. Si se cumplieran estas premisas con los aparatos electrónicos, podrían generarse 7.400 nuevos empleos en España. Según un estudio de Back Market, solo el 25% de los productos tecnológicos, cuando se averían, acaban en un taller de reparación.

La creciente aparición en el mercado de artículos y componentes electrónicos y de alta tecnología genera una serie de incógnitas cuando estos se estropean: ¿repararlos o dejarlos que pasen a mejor vida? En el segundo caso, el problema fundamental es el de su almacenamiento y el de su reciclaje, que además lleva aparejado el consiguiente daño medioambiental.

Para luchar contra la acumulación de chatarra electrónica y buscar alternativas a los cementerios donde se almacenan cada día toneladas de material aparentemente desechable, se han puesto en marcha diferentes iniciativas que ofrecen los servicios necesarios para la reparación de ordenadores, móviles y otros muchos artilugios de la nueva era digital.

Entre ellas, hay que destacar la startup Myfixpert, creada en Sevilla hace un par de años por C&C IT Solutions, con el apoyo de Telefónica Open Future_, donde los clientes puede explicar las averías de sus aparatos, para recibir de forma inmediata presupuestos de los técnicos más próximos a sus domicilios.

Myfixpert, una de las redes más completas de servicios técnicos, ofrece a particulares y empresas, además de eficaces servicios de reparación de dispositivos, desarrollo de software, consultoría y postventa. Además, abre las puertas a la contratación de técnicos interesados en trabajar en su red, dentro de la zona en la que viven.

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La reparación de aparatos electrónicos es un negocio en auge, que puede dar empleo en este año 2017 a 7.400 trabajadores. La Asociación de Recuperadores de Economía Social y Solidaria (AERESS) recuerda en uno de sus comunicados que el 25% de los aparatos tecnológicos que se desechan podrían ser reutilizados en buena parte de los casos.

La prolongación de esa vida útil es, por otra parte, el objetivo que mejor se ajusta a la filosofía que subyace en la actual Ley de Tratamiento de Recursos y en la Directiva 19 Europea (UE), aprobada en 2012. El ahorro de recursos comienza a ser uno de los retos prioritarios, si queremos preservar el medio ambiente y, consecuentemente, la calidad de vida de los habitantes del planeta.

Alargar la vida de los aparatos electrónicos puede poner freno, o al menos ralentizar, el incremento de la basura relacionada con el mayor desarrollo tecnológico de nuestra sociedad. “Repensar, reducir, reutilizar y reparar” son las cuatro “erres” que proponen algunos movimientos europeos que tratan de prolongar la vida de artilugios y objetos aparentemente inservibles. La web de alargascencia.es pone el acento en esa necesidad de mantener con vida el mayor tiempo posible nuestros ordenadores, móviles o cualquier otro componente electrónico.

Dentro de esta misma filosofía, aparece encuadrado el movimiento Proyecto Restat, creado en 2009 en Holanda Londres, con grupos y sucursales distribuidos por todo el mundo: darle vida a objetos aparentemente inservibles. En definitiva, reparar lo más que se pueda, para evitar males mayores, como la contaminación del medio ambiente y la destrucción de aparatos que van pasando a la reserva en este gran escenario de las nuevas tecnologías.

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