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La experiencia del vídeo en 4K

Desde el 2012 supongo que habréis empezado a oír hablar de televisores denominados 4K, aludiendo a su resolución, que es de 3840 x 2160 pixels en la mayor parte de los casos.

4K es una de las resoluciones contempladas en el estándar de definición ultra-alta o Ultra High Definition (UHD), que es el siguiente paso en formatos de vídeo propuesto por la International Telecommunication Union (ITU). Hablamos de formatos de vídeo con una mayor resolución y profundidad de color que los actuales formatos Full HD (1080p). Contempla los formatos de 4K mencionados y 8K (7680 × 4320) que hacen que la distinción entre imagen real e imagen de TV se haga cada vez más difícil.

Vale la pena reseñar que estas resoluciones están ya en línea con la experiencia del Digital Cinema, una especificación de cine digital que se está extendiendo ahora en multitud de cines por Estados Unidos y por Europa y que ostenta una resolución de 4096×2160 píxels.

Streaming de vídeo 4K

Telefónica presenta hoy en su stand en el Mobile World Congress de Barcelona un escenario de streaming de vídeo 4K, vídeo que es servido directamente desde Internet a un televisor 4K de 84” de Sony, utilizando contenidos de muy alta calidad que requieren anchos de banda superiores a 70 Mbps. La idea de desarrollar este escenario ha sido llevar al límite las tecnologías de conectividad y de distribución de contenidos existentes para ver si estamos preparados para servir este tipo de contenidos. A fin de cuentas, hablamos de mantener velocidades sostenidas de entre 70 y 80 Mbps durante la duración de una película.

Es la primera vez que se demuestra en directo un escenario semejante, con un caso de uso extremo a extremo de streaming de vídeo de tan alta calidad, directamente a través de Internet.

En este caso, los elementos clave del escenario son tres: una red de distribución de contenidos (o CDN por sus siglas en inglés, Content Delivery Network) que asegure poder servir un stream constante de 70 Mbps por cada usuario que esté viendo el contenido, un acceso doméstico de fibra óptica (FTTH) de 100  Mbps y un televisor con capacidades 4K. La buena noticia es que el estado de las tecnologías actuales en cuanto a acceso a Internet y a distribución de contenidos parecen soportar ya sin problemas el futuro despliegue de este tipo de servicios avanzados.

Estos anchos de banda son elevados básicamente porque utilizamos todavía técnicas de codificación basados en H.264, que es uno de los estándares que se usan masivamente para la codificación del Full HD actual. Para obtener codificaciones más eficientes que requieran menos ancho de banda, tenemos que esperar a que se implemente High Efficiency Video Coding (HEVC), un estándar que se acaba de cerrar el pasado mes de enero y que promete reducir las necesidades de ancho de banda a la mitad.

Algo a tener en cuenta es que con estas calidades de vídeo estamos llegando al límite actual de cables HDMI, los que conectan por ejemplo los reproductores de Blu-ray con la televisión. A día de hoy, un cable HDMI de última generación (versión 1.4 a), soportaría sólo resolución 4K hasta 30 frames por segundo. Esto supone una limitación a la hora de ver contenidos de deportes en 4K, ya que para tener un buen visionado de imágenes rápidas lo idóneo es contar con 60 imágenes por segundo o más. Esto último supone una cantidad ingente de información que los cables HDMI sólo soportarán en su futura versión 2.0 (todavía en especificación). Alternativamente, podríamos irnos a otro tipo de conectores como DisplayPort, que soportaría los 60fps en su versión 1.2.

Mientras hemos estado trabajando en este proyecto nos han preguntado muchas veces: «¿esto vale la pena? ¿se nota? ¿no son muchos píxeles ya?». La verdad es que siempre se escuchan este tipo de preguntas con cada cambio tecnológico, especialmente en lo que se refiere a resolución de vídeo.

Pero la respuesta a todas estas preguntas es sí, sin duda. Y cuando venga 8K, también se notará y será mejor. La respuesta elaborada: como siempre ocurre en estos casos, la forma de apreciar el potencial de la tecnología es usar contenidos de muy alta calidad, codificados con bitrates muy elevados. Si ponemos contenidos pobres, lo único que veremos es una televisión muy grande. En internet, sobre todo en YouTube, hay muchos contenidos disponibles con resolución 4K, pero con calidades inferiores, con anchos de banda que oscilan entre los 10 Mbps en algunos tráilers de cine, hasta 20 o 30 Mbps como mucho. Son buenos vídeos, pero no ofrecen el efecto “wow” de ver un contenido en su máxima calidad, ni explotan el potencial de 4K.

La exigencia de una imagen «perfecta»

Si tienen a su alcance una televisión 4K y quieren probar un muy buen contenido, una opción son los “TimeScapes”, que tienen grabaciones impresionantes 4K a calidades que requieren unos 80 Mbps. Por unos 100 dólares, los autores les proporcionan un fichero de 31 Gigabytes con una calidad excepcional.

En cuanto a qué es y qué no es capaz de apreciar el usuario convencional, hemos de tener en cuenta que con las resoluciones actuales de portátiles, tablets y móviles,  pantallas retina, etc, los usuarios están acostumbrándose a una experiencia de imagen «perfecta», es decir, una imagen “sólida” en donde es prácticamente imposible encontrar los píxeles o puntos que forman la imagen. Para ejemplificar de qué estamos hablando: un televisor 4K como el de 84” que está esta semana en Barcelona, tiene más de 8 millones de píxeles; una pantalla retina de un portátil de 15” tiene algo más de 5 millones, más de la mitad en muchísimo menos tamaño. La evolución tecnológica probablemente no parará hasta que la imagen sea indistinguible de la realidad.

Si tienen oportunidad de pasar delante de un televisor 4K que esté poniendo contenidos de calidad, háganlo: la experiencia es de impresión.  En algunos contenidos, la sensación de estar mirando por una ventana es bastante intensa. De hecho, una de las reacciones más habituales que hemos observado en las personas que ven esta demostración, es que pregunta si se trata de 3D. Es curioso que el efecto de una imagen con mucha más resolución, más profundidad de color, y un buen tamaño de pantalla, hagan que la sensación de imagen real sea más intensa y, por tanto, se asocie automáticamente realismo con 3D. Por último, si ven los vídeos que se exponen en Barcelona en el stand de Telefónica, fíjense en las imágenes con gente a lo lejos, y observen el detalle. Podrán seguir las historias individuales.

 

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