Antártida

La Antártida, un cementerio con continentes muertos en su interior

Un grupo de investigadores coordinados por el alemán Jörg Ebbing ha descubierto los restos de un supercontinente, gracias a los datos recibidos por el satélite GOCE.

Podríamos llegar al acuerdo de que el continente más inhóspito del planeta es la Antártida, casi con total seguridad.

Este continente conforma una gran extensión territorial en su mayoría helada. Pocos han sido los que se han atrevido a aventurarse en ella, y menos aún los que han cosechado algún éxito en sus tierras.

Exploradores como Amundsen y Scott, además de los investigadores que en la actualidad trabajan en sus dominios, son las únicas personas que han sido capaces de domesticar un lugar cuanto menos indómito.

Pero está claro, como todos sabemos, que en pleno siglo XXI no se debe observar el planeta únicamente con el ojo humano, sino que contamos con dispositivos tecnológicos capaces de ver incluso por debajo del hielo.

El mejor ejemplo es el satélite GOCE (Campo de gravedad y Explorador de la circulación oceánica en estado estable), que orbitó la Tierra a solo 155 millas sobre la superficie hasta finales de 2013, cuando volvió a ingresar a la atmósfera al final de su misión.

Antártida
Paisaje helado de la Antártida

Bajo la superficie glaciar

Gracias a los datos que mostró el antes citado satélite GOCE en 2013, varios investigadores liderados por Jörg Ebbing, geofísico de la Universidad de Kiel, pudieron observar uno de los hechos geológicos del año.

Se trata del descubrimiento en la Antártida Oriental de un cementerio de restos continentales. Los científicos crearon mapas tridimensionales del inframundo tectónico del continente más austral y descubrieron que el hielo ha estado ocultando los restos de la destrucción de un antiguo supercontinente.

El ojo del GOCE reveló que la Antártida Oriental es un rompecabezas de al menos tres titanes geológicos llamados provincias cratónicas. Los cratones (del griego «kratos», que significa «fuerza») son núcleos rocosos estables de continentes que sobrevivieron a cientos de millones de años de acción destructiva por parte de la tectónica de placas de la Tierra.

Es en este sentido, el de conocer con mayor exactitud la superficie de nuestro planeta, por el que la comunidad científica ha recibido con los brazos abiertos este estudio donde han trabajado investigadores de diferentes puntos del mundo.

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