Una Smart City puede tener muchas manifestaciones y formas. Gracias a las tecnologías desarrolladas por Google, nos hacemos una idea de cómo podría ser la suya.
Los principales actores tecnológicos actuales ya están dando pasos hacia las próximos grandes disrupciones que se esperan. Google y Apple están entrando de lleno en el mundo de los automóviles, con Samsung pensando en las baterías de ellos y Amazon intentando eliminar al humano de la cadena del transporte mediante el uso de drones. En Smart Cities, Samsung ha dado los primeros pasos creando un red nacional que garantice seguridad, velocidad, y buena comunicación en nuevos vehículos. Pero, ¿cómo sería la Smart City entera si Google la diseñase?
En primer lugar, sería una ciudad en la que conexiones a Internet de calidad estuvieran garantizadas. Aunque se trata de una solución doméstica, la infraestructura ayudaría a implantar el próximo gran paso en conexiones en smart cities, puntos de acceso de máxima velocidad en cada rincón.
Esto, que ya forma parte de múltiples proyectos en ciudades, podría hacerse, por ejemplo, sustituyendo viejas cabinas telefónicas por lugares donde poder consultar redes sociales, puntos turísticos de la ciudad o cualquier información. Si algo como Google Glass, más refinado, llegase a prosperar, podríamos hablar de anuncios y promociones personalizadas en toda la ciudad con realidad aumentada.
En lo que respecta a la circulación, el coche autónomo sería el gran protagonista. Al dejar de existir vehículos tradicionales, los semáforos perderían su sentido, siempre que se asegurase que el funcionamiento de la red es efectivo en momentos de apagón eléctrico. En general, el número de coches en la carretera se podría reducir con programas de compartir vehículo o con transporte público con demandas personalizadas y más información sobre retrasos, vías alternativas o soluciones para llegar a tiempo.
Cada movimiento que un coche hace o pretende hacer se comunica a la gran red de tráfico de la Smart City, con lo que las colisiones se evitan en cruces o puntos problemáticos. Los pasos de cebra siempre serían respetados, evitando colisiones con peatones, que también podrían moverse con bicicletas conectadas sin problema.
La seguridad de acceso se podría garantizar sin la ayuda de guardias, gracias a un uso más activo de la biometría y de variables corporales fácilmente analizables. Mediante un uso centralizado de datos, en hospitales no habría problemas con historial y otros aspectos, con soluciones a medida tras análisis de las historias de los pacientes y sus familias.
