Caroline Emilie Bleeker: creadora por excelencia de instrumentos ópticos

El filósofo Bernard Le Bovier de Fontenelle decía que el ser humano está empeñado en entender el mundo a través de lo que no puede ver. Así, a lo largo de la historia, hemos visto cómo muchos científicos creaban artefactos que ayudaban a ver lo “invisible” como el telescopio o el microscopio. Ejemplo de ello es Caroline Emilie Bleeker, que diseñó y fabricó instrumentos ópticos durante toda su carrera.

Caroline Emilie Bleeker (1897-1985) era la pequeña de una familia humilde holandesa y estaba destinada a quedarse en casa, siendo “una mujer”, tal y como quería su madre. Sin embargo, en cuanto pudo se fue a estudiar matemáticas a Utrecht y, seguidamente, trabajó en el observatorio astronómico Sonnenborgh. **Su futuro se dirigía hacia la creación de instrumentos ópticos **para poder llegar a ver lo «invisible» a los ojos.

Años más tarde, **se doctoró en física, y en 1930 abrió su propia consultoría. **Su objetivo era asesorar a compañías y laboratorios sobre temas relacionados con este campo de estudio. Además de las asesorías, siguió trabajando en sus proyectos ópticos. Así, se considera que **fue quien abrió una nueva perspectiva en lo que a microscopios se refiere. **Sus diseños sirvieron para mejorar el microscopio de contraste de fases, el cual permite observar con facilidad las células vivas.

Abrió su propia fábrica donde producía instrumentos ópticos

El éxito de su taller óptico y de la fabricación de este tipo objetos le llevó a elaborar prismáticos para el ejército holandés.Sin embargo, ese mismo año, 1939, llegaron los problemas. **Los alemanes invadieron el país y se vio obligada a detener la producción.
**A pesar de la guerra, Bleeker siguió desarrollando microscopios para las universidades del país.

microscopio

La fábrica volvió a ver la luz en 1944, cuando pudieron reabrirla y comenzar de nuevo con su actividad. La empresaria ya no solo se dedicaba a dirigir la compañía, sino que desde la reinauguración del espacio comenzó a impartir clases de álgebra y geometría a sus empleados.

Caroline Emilie Bleeker tuvo que abandonar su puesto como directora en la década de los 60. Su trabajo fue ejemplar, así lo demostraron las infinitas cartas que llegaron de clientes satisfechos con su labor. Al final de su carrera, ella misma afirmó que “ser mujer definitivamente no facilitó las cosas, pero traté a mi manera de ayudar a los trabajadores que disfrutan de su trabajo”.

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