Tecnología y la ecología

Cómo la tecnología y la ecología irán cada vez más de la mano

La asociación de la tecnología y la ecología cada vez es más natural. Parece que últimamente la primera va ligada indisolublemente a la segunda.

Hubo un momento en el que el progreso técnico iba en contra de la ecología. El nacimiento de la industria supuso la proliferación de fábricas y un aumento de los niveles de producción que solo se podía cumplir surtiendo estas plantas con más y más energías, que hace décadas solo se obtenía quemando combustibles fósiles o mediante las centrales nucleares. Sin embargo, la tendencia está cambiando. Ahora las necesidades energéticas son otras y el progreso técnico suele venir acompañado de un mayor compromiso ecológico.

Lo que hace años empezó como parte de las políticas de responsabilidad corporativa ahora se ha convertido en una necesidad económica. La tecnología y la ecología se están dando la mano y este apretón cada vez es más sólido. La eficiencia energética es ahora uno de los objetivos de todo dispositivo tecnológico.

La eficiencia conlleva menor consumo de energía, lo que a la postres significa un mayor respeto por el medio ambiente. Y hoy en día todo en muchos nichos tecnológicos se buscan productos eficientes al máximo. El campo de la electrónica de consumo es uno de los más cercanos. Aquí se han impuesto los dispositivos móviles –desde móviles, hasta unos cascos bluetooh, un ratón inalámbrico o unos altavoces; la idea es eliminar los cables– y estos se ven constreñidos por la batería. Por tanto, la utilidad de un producto ha pasado a estar ligada a su autonomía, que es lo mismo que decir a su eficiencia.

Cercana a esta categoría están la domótica e Internet de las cosas. En la fabricación de este tipo de dispositivos también se persigue la eficiencia, pues serán productos que estén funcionando continuamente. Pero además su objetivo suele estar relacionado con el ahorro de electricidad o de calefacción en el hogar. Mientras que en la industria, las smart cities y otros campos donde Internet de las cosas está metiendo la cabeza, el objetivo suele ser controlar de cerca algunos procesos para evitar el derroche de recursos, lo que al final resulta un sinónimo de cuidar el medio ambiente.

Tecnología y la ecología

Los centros de datos son otro de los ejemplos donde la eficiencia energética es una forma de ahorrar miles de millones al año. Las compañías que construyen y gestionan estas instalaciones están cada vez más concienciadas de la importancia de este aspecto, sencillamente por sostenibilidad económica, que deriva en sostenibilidad ecológica.

La tendencia Tesla

Es cierto que la energía que propulsa a los coches eléctricos no tiene por qué ser limpia. Pero estos vehículos siguen siendo más eficientes que la gasolina o el diésel. Tesla ha sido tal vez el fabricante de automoción que más ha impulsado este tipo de vehículos a nivel comercial. Es cierto que su modelo hasta ahora ha sido elitista –a falta del lanzamiento del Model 3– pero ha contribuido a que otras compañías aceleraran el lanzamiento comercial de modelos eléctricos.

Y Tesla está muy ligada a la tecnología punta, de hecho ha sido uno de los primeros fabricantes que ha impuesto las actualizaciones de su software a través de la nube. La unión con Solar City –empresa con la que compartía fundador– pone de relieve la intención del fabricante de automóviles de erigirse en una suerte de grupo cuyo negocio va a ser la energía, no ya los coches. También supone relacionar estrechamente a Tesla con las energías renovables.

Los coches autónomos

En automoción se están dando muchos cambios a la vez y el de la conducción autónoma es uno de ellos. Estos vehículos, que llegarán amparados en la tecnología más puntera, tienen también un componente ecológico. Serán más eficientes, pues la idea es que se coordinen para pasar menos tiempo en las carreteras.

Aparte de esto algunos de los prototipos que se han mostrado de coches autónomos son eléctricos. La propuesta de Tesla solo es un ejemplo, pero General Motors ya ha anunciado que su primer autónomo será eléctrico y un informe de Morgan Stanley este año apuntaba que el coche del futuro fusionará estas dos tecnologías.

Son solo algunos casos que ponen de relieve el acercamiento entre la tecnología y la ecología. Por no hablar del ahorro de papel gracias a ordenadores, móviles o ebooks.

Imágenes: Tesla y code of the new

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