La compañía noruega Cermaq Group va a poner en marcha un sistema de reconocimiento facial para detectar enfermedades en los salmones de piscifactorías.
Mantener la salud en las piscifactorías resulta fundamental. Son espacios en los que se cría una enorme cantidad de peces. La densidad de población de estos lugares es alta y la transmisión de enfermedades se produce rápidamente. Por eso se necesita preservar un ambiente sano con el fin de evitar la proliferación de parásitos y otros males. Al mismo tiempo, es de una importancia capital detectar cuanto antes la aparición de cualquier enfermedad.
Con estos factores muy presentes después de más de dos décadas en la industria de la crianza en piscifactorías, la compañía noruega Cermaq Group tiene previsto poner en marcha un novedoso sistema para detectar enfermedades en los salmones. Se basa en la tecnología de reconocimiento facial y está capacitado para saber si un pez está infectado o no.
El sistema detecta mediante una cámara ciertos patrones cerca de tres zonas: los ojos, la boca y las branquias. A partir del análisis visual que lleva a cabo el algoritmo se pueden detectar parásitos, como los llamados 'piojos marinos', diminutos crustáceos que malogran la piel de los peces. La prevención de este tipo de plagas es crucial para una industria que puede perder millones de peces por estas enfermedades.
La compañía quiere establecer un registro médico individual de cada salmón , para controlar su salud. Para ello ha ideado un método en el que los salmones tengan que pasar por la cámara cuando quieran tomar aire. Unas redes los redirigen a un punto en la superficie donde está colocado el sensor. Este examina al ejemplar y, si está sano lo devuelve al tanque. Si no, el pez va hacia otro lugar, donde se le trata su afección.
El reconocimiento facial llega a los animales
En este caso el reconocimiento facial que Cermaq Group propone está orientado a la acuicultura. Se trata de una industria que genera decenas de miles de millones de dólares al año. En estos momentos representa más de la mitad del pescado consumido. Es un gran negocio y las pérdidas pueden ser también sustanciales cuando una plaga se extiende entre la población de peces.
Pero el reconocimiento facial también tiene su lado más directamente relacionado con la conservación animal. En la Michigan State University han desarrollado un algoritmo que permite sustituir a los dispositivos que se emplean normalmente para el etiquetado de primates. De esta forma sería más barato clasificarlos y les causaría menos estrés.
Mientras que en un entorno más urbano se han creado herramientas para ayudar a recuperar mascotas perdidas. Mediante imágenes un algoritmo se centra en reconocer patrones en los rostros de los animales , como los ojos o la boca.
Imágenes: Cermaq Group
