robot constructor

El constructor del futuro se llama Hadrian y es un robot que procesa hasta 1.000 ladrillos por hora

El robot constructor creado por el ingeniero mecánico Mark Pivac podría construir la casa de tus sueños en tan solo dos días a razón de 1.000 ladrillos a la hora.

Sabemos que el sector de la construcción no pasa por su mejor momento dada la coyuntura económica actual, sin embargo hay países como Australia donde la falta de mano de obra ha generado un mercado incipiente que propone la tecnificación aplicada del proceso de construcción de edificios. Como resultado de este proceso de innovación tecnológica surge Hadrian, un nuevo robot constructor capaz de construir fábricas de ladrillo a razón de 1.000 ladrillos a la hora.

Sin duda se trata de todo un logro imposible de superar por ningún operario experimentado, que a su vez presume de poder trabajar las 24 horas del día durante los 365 días del año. Lo que aquí podría suponer una amenaza laboral para el sector de la construcción, en Perth Now –Australia– supone todo un hito tecnológico que viene a paliar los problemas de falta de mano de obra que arrastra esta comunidad desde la crisis sufrida en 2005.

El creador de Hadrian, el ingeniero mecánico Mark Pivac, ha necesitado casi una década de trabajo y cerca de 7 millones de dólares de inversión para materializar este ingenio mecánico capaz de construir una casa completa en tan sólo dos días de trabajo. Evidentemente existen notables ventajas como la rapidez y la precisión que lo diferencian de un operario humano, pero la clave de su rendimiento reside en su propio funcionamiento.

robot constructor

Hadrian funciona de forma similar a una impresora 3D. Es decir, el usuario importa el modelo tridimensional del edificio que se desea construir al software de gestión del robot y Hadrian se encarga de fabricar y cortar los ladrillos de acuerdo con las mediciones calculadas en el modelo. Incluso se encarga de armar también las fábricas de ladrillo para configurar los muros portantes de la vivienda sin interrumpir el proceso de fabricación.

Mientras un albañil experimentado puede llegar a colocar hasta 700 ladrillos en una jornada de trabajo con sus respectivos descansos reglamentarios y teniendo todas las piezas preparadas para su colocación, el robot constructor puede llegar a fabricar, cortar y colocar con precisión hasta 1.000 piezas en una sola hora. Sin embargo, las dimensiones del robot y su espacio de maniobra dificultan su desplazamiento y su operatividad en obra, lo que reduce su campo de aplicación a construcciones de cierta envergadura donde su singularidad requiera un alto nivel de precisión y plazos de ejecución ajustados.

No parece que la tecnología de Hadrian vaya a suponer una amenaza inminente para futuro laboral de este sector. Sin embargo, estoy convencido que la integración de este tipo de tecnología en la construcción de edificios singulares podrían ayudar a no cometer los errores de los años previos a la crisis económica del 2008, donde los sobrecostes por incumplimiento de plazos de ejecución y la mala práctica constructiva estaban a la orden del día.

Imágenes | vía pixabay y Perth Now Sunday Times

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