3d printed heart

Cómo un corazón impreso en 3D puede salvar la vida de un niño

El equipo de cirugía de un hospital de Kentucky, en Estados Unidos, se ha servido de una reproducción del corazón de un niño, impresa en 3D, para estudiar los defectos del órgano antes de operar.

En el Kosair Children’s Hospital, situado en la ciudad de Louisville, en el estado de Kentucky, el equipo de cirugía del doctor Erie Austin ha llevado a cabo recientemente una operación compleja, en cuya preparación ha ayudado significativamente una impresora MakerBot 3D. Utilizando las imágenes de los escáneres médicos se ha logrado reproducir el corazón impreso en 3D del paciente, un bebé de 14 meses. Este modelo ha permitido a los médicos observar ciertas deficiencias que de otra forma no habrían podido conocer hasta haber empezado la intervención.

Roland Lian Cung Bawi es el nombre del pequeño cuyo corazón tenía varios defectos de nacimiento que requerían de una operación. Los escáneres y las pruebas médicas no daban una idea precisa de cómo se encontraba el órgano, al menos no tan precisa como se necesita para llevar a cabo una operación tan delicada. Con el fin de obtener una apreciación más exacta de los problemas a los que se enfrentaba el equipo, el cirujano Erie Austin acudió al área de ingeniería de la Universidad de Louisville.

corazón impreso en 3D

Allí utilizaron las imágenes de los escáneres y toda la información visual disponible para crea un modelo de corazón impreso en 3D. Una vez que el diseño estuvo listo una máquina MakerBot hizo el resto, si bien hubo que incrementar las dimensiones del órgano con el fin de facilitar su estudio por parte de los médicos. Los cirujanos necesitaban disponer de la mayor cantidad de información posible –así como del mayor grado de precisión–, la complejidad de la intervención convertía el tiempo en un recurso de valor incalculable.

El corazón de Roland tenía un orificio y tanto la aorta como la arteria pulmonar estaban deformadas. Para realizar la operación y arreglar estos defectos, el órgano debía detener su funcionamiento, con lo que se puede deducir lo preciado del tiempo. Sin el modelo en 3D del corazón, los cirujanos habrían tenido menos información sobre lo que se iban a encontrar al abrir al paciente.

Gracias al corazón impreso en 3D los cirujanos pudieron preparar mejor la operación y evitaron que el bebé necesitara nuevas operaciones y otros cortes. Actualmente se espera que el pequeño paciente se recupere completamente. La representación del órgano en 3D costó alrededor de 600 dólares, un precio ridículo para los beneficios que ha generado.

Imagen:  Army Medicine / Extreme Tech

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