alerta sísmica

Desarrollan un sistema de alerta sísmica para el sur de la Península Ibérica

La Universidad Complutense de Madrid desarrolla un método de alerta sísmica para detectar y prevenir catástrofes segundos después de que haya un terremoto.

El 1 de noviembre de 1755 un terremoto de magnitud 9 sacudió Portugal, provocando la práctica destrucción de Lisboa y la muerte de entre 60.000 y 100.000 personas.

Un maremoto y un incendio en la capital agravaron los duros efectos del seísmo, clasificado dentro de los terremotos más importantes que han afectado a la Península Ibérica, junto al seísmo de 1969 en las costas de Huelva.

A pesar de que «España no representa un área de ocurrencia de grandes terremotos», según José Manuel Martínez Solares, investigador del Instituto Geográfico Nacional, no está de más estar preparados frente a estas amenazas.

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De acuerdo al especialista, la actividad sísmica más destacada se sitúa «en la zona de fractura de Azores-Gibraltar, que conforma la parte más occidental de la conjunción entre las placas Euroasiática y Africana».

Es por ello que, a partir de esa zona de fractura, también podemos encontrar sismicidad moderada en el sur de Andalucía, Pirineos o Galicia. Con el fin de prevenir las catástrofes originadas por estos terremotos, investigadores de la Universidad Complutense de Madrid han desarrollado un sistema de alerta sísmica viable para el sur de la Península Ibérica.

Esta herramienta permite emitir una alerta sísmica temprana para detectar y avisar de la magnitud del terremoto segundos después de su inicio. De este modo se podría dar margen a la administración para informar a la población y reducir así los posibles daños.

Tres segundos clave

La eficacia del método implementado por la UCM y otras entidades ha sido demostrada en Japón. Este país ha sido pionero en la prevención y alerta sísmica, junto a México, Estados Unidos, Italia o Suiza. Según han señalado desde la Complutense, Japón usa estas herramientas de alerta sísmica para poner en marcha medidas como ralentizar la velocidad de los trenes de alta velocidad, cortar el suministro de gas o detener procesos industriales.

Este método de alerta sísmica permitiría por primera vez que España contara con una herramienta preventiva de este tipo, según los resultados publicados en Pure and Applied Geophysics. La ventaja de este sistema es que solo necesita tres segundos para calcular la magnitud del seísmo, de forma que es más fácil evaluar y advertir sobre sus consecuencias.

En otras palabras, como indican desde la UCM, «antes de que toda la energía liberada por el terremoto se propague en forma de ondas sísmicas y sean sentidas por la población –si llegan a zonas habitadas–, la herramienta ya habrá calculado su magnitud, para poder gestionar la respuesta rápida de las autoridades». Gracias a esta tecnología geofísica, podremos prevenir la aparición de catástrofes como las que sucedieron en Lisboa o Huelva en el pasado.

Imágenes | BK59 (Wikimedia), NOAA (Wikimedia)

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