eficiencia energética. Imagen de Pixabay

Eficiencia energética: calienta el edificio, no el planeta

Big Data, Business Intelligence (BI), Internet of Things (IoT) o cloud services (servicios en la nube) llaman a la puerta de hogares y empresas para ayudarnos a ser más eficientes y reducir nuestras emisiones de CO2. ¿Les dejamos pasar?

Conjunto de medidas de mejora: cambio de caldera, sustitución de ventanas. Estas fueron las escuetas recomendaciones para mejorar la eficiencia energética del piso en alquiler de mi abuelo, calificado con la letra G (la peor nota) en el estudio técnico elaborado por el arquitecto correspondiente. Cuando se trata de un pequeño inmueble, hacerlo más eficiente no parece tan complejo. Unas nuevas ventanas por aquí, una nueva caldera por allá, unido a unos mejores hábitos de consumo y prácticas en el hogar, pueden ser los primeros pasos para reducir significativamente las emisiones de CO2 derivadas del consumo de energía de las instalaciones de calefacción, refrigeración o iluminación. Pero, ¿se puede ir más allá?, ¿puede la tecnología ser nuestra aliada en la batalla contra el despilfarro energético y la emisión de dióxido de carbono?, ¿qué podemos hacer cuando en lugar de a un pisito de 50 metros nos enfrentamos a una gran corporación, a un centro logístico, a cientos de oficinas? Big Data e Internet de las cosas (Iot) tienen la respuesta.

Certificado eficiencia energéticaAhorrar y cuidar el medio ambiente

Empecemos definiendo. Eficiencia energética es consumir energía de manera inteligente, significa ser capaz de producir los mismos bienes y servicios empleando menos energía y, por tanto, emitiendo menos CO2. Un edificio será eficiente energéticamente cuando se minimiza el uso de las energías convencionales que lo alimentan sin alterar su normal funcionamiento, confort y seguridad.

Seguramente te sonará eso de la eficiencia energética. Quizá sea porque desde hace varios años la ley obliga a que toda vivienda que se alquile o venda disponga de un certificado en el que se mide en una escala de la A a la G su eficiencia energética. Como el de mi abuelo.

Cambiar las ventanas y la caldera suelen ser recomendaciones típicas de los técnicos certificadores. Pero si tú también has sacado una mala nota en tu certificado y quieres ir un paso más allá, hay soluciones tecnológicas en el mercado que pueden ayudarte.

Un ejemplo es el dispositivo inteligente Momit, un termostato dotado de sensores, algoritmos matemáticos y conexión WiFi, que puede ser controlado desde cualquier dispositivo móvil, y que, según sus creadores, consigue reducir un 30% la factura de calefacción. Con este termostato no solo puedes aliviar tu bolsillo sino también reducir la cantidad generada de CO2, uno de los gases de efecto invernadero que está provocando el calentamiento del planeta.
momit thermostate

Momit registra el historial de consumos, calendarios y programaciones, almacena todos los datos en la nube y los interpreta. Así “aprende” de los hábitos y usos del usuario y de forma automática se adapta a ellos. Por ejemplo, uno de los sensores le permite saber si hay alguien en casa, y, si detecta que no hay nadie, puede bajar la temperatura o apagar la calefacción. Otro sensor de luminosidad determina si es de día o de noche, o incluso aprende si te has ido a dormir. “No necesitamos la misma temperatura cuando estamos debajo del edredón o paseando en pantalón corto por el salón”.

La gestión de datos y el almacenamiento en la nube llaman a la puerta de tu casa para ayudarte a ser más eficiente energéticamente. ¿Les dejarás pasar?

Edificio inteligente, edificio eficiente

¿Qué ocurre con las empresas y grandes corporaciones?, ¿qué papel juegan el Big Data y el Business Intelligence (BI)? En este campo la eficiencia energética es tanto una obligación como una necesidad. No hablamos de cambiar una caldera, de apagar una luz o de instalar un termostato. La eficiencia energética es aquí un auténtico motor, la palanca fundamental para el desarrollo e implantación de la industria 4.0 en condiciones de competitividad y sostenibilidad.

Si el Big Data consiste en recopilar gran cantidad de datos, transformarlos en información y después en conocimiento, en el marco de las empresas y la industria, se deben registrar parámetros como la ocupación del edificio, la electricidad, iluminación, climatización, los equipos informáticos empleados, el aislamiento, el consumo de agua, papelería y plásticos consumibles o el empleo de energías renovables. De este modo, es posible identificar qué edificios no cumplen con los estándares de eficiencia energética y por qué razones, para elaborar un plan de acción personalizado con unos objetivos de consumo adecuados. Solo así tendremos un edificio inteligente, con una mayor eficiencia energética al menor coste posible.

co2 industria eficiencia energética

Un 30% de ahorro en el consumo de energía

Si para los hogares destacaba el termostato Momit, para grandes empresas me voy a detener en Hydra, la plataforma de inmótica desarrollada por Telefónica, con la que la compañía asegura que las empresas pueden reducir entre un 10% y 30% su consumo energético y las emisiones asociadas de CO2. ¿Y qué es eso de la inmótica? Pues algo así como la domótica aplicada a edificios de uso terciario o industrial. Hydra proporciona a las empresas sistemas de gestión remota y centralizada que permiten controlar los dispositivos automáticos de sus instalaciones para que estas ahorren energía e incrementen el confort y la seguridad.

Se trata de un servicio integrado que incluye la instalación y el mantenimiento de los dispositivos necesarios para telemedir y telegestionar el consumo energético de cada ubicación, monitorizar detalladamente el comportamiento de los distintos equipos (climatizadoras, enfriadoras, etc…) del cliente, y modificar su comportamiento para reducir el consumo energético mientras se mantiene el nivel de servicio necesario (temperaturas, humedad, etc.), con un sistema de gestión remota de edificios (BMS, Building Management System).

La plataforma incluye también un sistema de gestión energética (EMS) que almacena y procesa los datos históricos de las mediciones y actuaciones realizadas. Este sistema permite analizar la evolución de los consumos de cada sede y proponer nuevos modos de funcionamiento eficiente.

Predicando con el ejemplo

En este contexto, Telefónica trabaja para promover internamente la eficiencia energética y el uso de la energía renovable con el fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho, se propone reducir 100.000 toneladas de emisiones de CO2 en el periodo 2010-2017, lo que equivale a un 5% de sus emisiones totales en el año base.

calentamiento global

Unos datos estupendos, que invitan al optimismo. Pero queda mucho por hacer. Europa tiene unos objetivos ambiciosos. En el horizonte 2020 está crear una economía de alta eficiencia energética y baja emisión de CO2. Para ello, los países de la UE tienen el compromiso de reducir, para esa fecha, un 20% el consumo de energía global y otro 20% las emisiones de gases de efecto invernadero. Preocupante, por tanto, encontrar informaciones que indican que desde el año 1990, base del protocolo de Kioto, España es el país europeo que peor se ha comportado del grupo de los que tienen un PIB mayor. Según el informe dado a conocer a finales del año pasado por la oficina de estadística europea Eurostat, hasta 2012, en España no solo no se han rebajado las emisiones de CO2, sino que estas han crecido en un 22,5%, porcentaje solamente superado por Malta y Chipre. El dato esperanzador es que, en este periodo, la media europea ha descendido un 17,9%.

Abramos las puertas de hogares y empresas a la innovación tecnológica y, sobre todo, sumemos a las nuevas soluciones para la eficiencia energética, conciencia y civismo medioambiental. He aquí la llave del progreso y la vía hacia un futuro sostenible.

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