El coche de la NASA soluciona uno de los grandes problemas del aparcamiento

Pensando en los vehículos espaciales, la NASA ha estado desarrollando un coche que puede circular de forma lateral, ser controlado a distancia e incluso comportarse como autónomo.

Uno de los problemas clásicos a los que se enfrentan los conductores a la hora de aparcar en paralelo es que los coches tienen las ruedas situadas en una dirección determinada, y eso es inevitable. En casos como el descrito, sería ideal que las ruedas pudieran girar 180º y que el coche entrase en la plaza sin maniobras. Y es lo que se mostró con el coche de la NASA, un vehículo capaz de circular en cualquier dirección, y que además adquirirá capacidad de funcionar como autónomo.

El coche de la NASA es, como no podía ser de otra manera, eléctrico, y recuerda a los vehículos diseñados para ser utilizados por astronautas en Marte o en la Luna. Modular Robotic Vehicle, nombre oficial del vehículo, es un diseño de la Game Changing Development Program Office, que lo define como un vehículo eléctrico pensado para contextos urbanos de mucha actividad. De ahí su sistema de ruedas independientes llamado «e-corners».

Otra prueba de ello es su autonomía, unos 100 kilómetros a una velocidad máxima de 70 km/h, que como ya sabemos, supera por bastante la velocidad permitida en vías urbanas, por lo que no supone ningún tipo de problema. Para conducir se emplea un volante tradicional o un joystick que se utiliza en modos de conducción avanzados. Para hacer sentir ambos como un control estándar, tienen implementado un sistema de vibraciones que recuerda a los coches actuales.

Para que las ruedas puedan ser independientes se requiere que no haya nexos mecánicos entre ellas y el volante, por lo que son un ordenador y un sensor los que controlan sus movimientos y los transfieren mediante cables, obedeciendo al acelerador o al freno. El problema es que un fallo en la interpretación podría causar daños irreversibles, sobre todo en el caso de funcionar como autónomo o teledirigido, que es una opción del coche.

Según la NASA, para la que conducir este coche es lo más parecido es a desplazarse en hielo pero con control completo, sus tecnologías son las que permitirán moverse por Marte pese a encontrar obstáculos que eviten que se pueda mover en una dirección determinada.

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