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El CSIC diseña el primer exoesqueleto infantil contra la atrofia muscular espinal

Científicos del CSIC y Marsi Bioinics presentan el primer exoesqueleto infantil del mundo para pacientes con atrofia muscular espinal, una rara enfermedad.

La atrofia muscular espinal es una enfermedad neuromuscular de origen genético, caracterizada por una pérdida progresiva de la fuerza muscular. Este síndrome degenerativo afecta a uno de cada 10.000 bebés en España. Uno de esos recién nacidos fue Álvaro, que ha dado sus primeros pasos gracias a un exoesqueleto diseñado por el CSIC y la spin-off española Marsi Bionics.

El dispositivo, que pesa unos doce kilogramos, está construido para que los pacientes con atrofia muscular espinal puedan caminar. En muchos casos, como le ocurrió a Álvaro, es la primera vez. La tecnología fue diseñada por el grupo de la Dra. Elena García, del Centro de Automática y Robótica, instituto mixto del CSIC y la Universidad Politécnica de Madrid.

Además de servir de herramienta para «sustituir» los músculos que fallan, el exoesqueleto infantil también podrá ser empleado en los hospitales, como terapia de entrenamiento muscular para evitar los efectos colaterales asociados a la pérdida de movilidad propia de esta enfermedad.

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El CSIC y su spin-off tecnológica Marsi Bionics han trabajado de manera conjunta para fabricar una estructura de largos soportes, denominados ortesis, que se ajustan y adaptan a las piernas y el tronco de los niños. En la zona de las articulaciones, cinco motores imitan el funcionamiento de nuestros músculos para aportar la fuerza que le falta a los más pequeños para estar de pie y andar. El exoesqueleto cuenta además con sensores y un controlador de movimiento, además de presentar una batería con cinco horas de autonomía.

El grupo de la Dra. Elena García comenzó a trabajar en el desarrollo de dispositivos como este exoesqueleto infantil hace años. La científica, que por aquel entonces trabajaba en el mundo de la robótica, conoció el caso de una niña tetrapléjica tras un grave accidente de tráfico, según recogieron en El País. Fue entonces cuando puso su conocimiento al servicio de mejorar la vida de estos pequeños.

Daniela y Álvaro son ejemplos donde un exoesqueleto puede cambiar radicalmente el día a día de un paciente. Otras historias internacionales, como la de Mark Pollock, nos muestra la importancia de apostar por la investigación. La tecnología ahora presentada está siendo ahora estudiada en fase preclínica. A medio plazo, tal vez los más pequeños afectados por la atrofia muscular espinal puedan disfrutar de este exoesqueleto infantil, un importante avance que ha sido posible gracias a la ciencia y a la tecnología.

Imágenes | CSIC

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