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El grave fallo de Intel que podría acabar ralentizando tu ordenador

Intel podría estar ante su mayor problema histórico, y sin solución rápida.

Una grave vulnerabibilidad encontrada en los procesadores de Intel puede acabar en tragedia para muchos usuarios de esos productos, pues a falta de que los implicados ofrezcan más información, parece que la única forma de arreglar el problema puede estar en un parche que inevitablemente reduciría el rendimiento de los equipos desde un 5 hasta un 30%.

El problema se encuentra en la gestión de los espacios de memoria utilizada por el kernel del sistema operativo. La vulnerabilidad permite que los procesos de protección de memoria se eliminen, lo que se traduce en sustracciones de información y origina pérdidas de estabilidad del sistema.

Normalmente estos problemas se pueden solucionar vía software, como Microsoft hizo en el reciente caso de los ransomware que afectaron a Windows, o como se ha hecho con KRACK en los routers y los distintos dispositivos, pero en este caso no es tan simple, pues aunque se puede separar la memoria del núcleo o kernel del resto de procesos, esta solución implica una pérdida de rendimiento.

Y es así, no porque a menor rendimiento el problema se elimine, que sería algo ingenuo; sino porque, para hacer al procesador tabajar entre modo núcleo y modo usuario, hace falta ofrecer una cantidad de recursos adicionales alta, que, como hemos dicho, implica una pérdida de entre un 50 y 30% del rendimiento. En principio parece que el problema sólo afectaba localmente, es decir, que los usuarios no tenían que temer a posibles ataques hechos a través de Internet, pero distintas informaciones llaman a la cautela y a esperar a los informes finales del fabricante de semiconductores norteamericano.

La pelota está, pues, en el tejado de Intel, pero, mientras se publica más información, Microsoft ya ha anunciado que el parche está incorporado en algunas versiones beta de Windows 10, y que no tardará en llegar a todos los usuarios. Apple aún no se ha pronunciado, pero al tratarse de un problema de arquitectura y no de sistema operativo en sí, la compañía de Cupertino también tendrá que actualizar para garantizar la seguridad de sus usuarios. Los que utilicen Linux en su día a día están de enhorabuena, pues sus distintas distribuciones ya pueden actualizarse.

Hay que esperar para comprender mejor la gravedad del asunto, pero Intel podría estar en serios problemas, pues mucho de su negocio depende de los servidores, y ahí una pérdida tan grande puede ser decisiva para que muchas compañías opten por la renovada AMD.

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