El museo Metropolitano de Nueva York libera la mayor colección de imágenes sobre arte del mundo

Más de 375.000 imágenes de categorías diversas han pasado a ser de dominio público bajo la licencia de Creative Commons.

Apareció Internet y lo revolucionó todo. Cambió la forma de conectarnos, de acceder a la información, de crear contenido y sobre todo la manera de consumirlo. Se generó lo que se conoce como la cultura del “copia y pega”.

Los contenidos podían ser copiados de una manera idéntica y gratuita porque los derechos no podían controlarse fácilmente, pues se perdían en la inmensidad de la web. Esta nueva manera de crear en base a otro producto ya existente fue una verdadera pesadilla para los auténticos autores.

La inquietud comenzó a extenderse entre artistas, autores y todos aquellos creadores o inversores de contenidos con pleno derecho en sus obras. Comenzaron a establecerse leyes, unas tras otras, generando un copyright, por el que las obras parecían estar vigiladas las 24 horas y 365 días del año.

La creatividad parecía agonizar con el nacimiento de Internet. Pero no fue así del todo. Se llegó a cuestionar incluso dónde estaban los límites sobre la autoría de una obra. Una cultura libre e universal empezaba a promoverse a su vez. Reutilizando obras, transformándolas, generando un nuevo impulso creativo que no tenía ni tiene límites.

De esa idea universal surge CreativeCommons, una corporación sin ánimo de lucro establecida en Massachusetts, pero que tiene su sede en la Universidad de Stanford. Lawrence Lessig, fundador de la cultura libre, define una licencia de Creative Commons como “una concesión de libertad a cualquiera que acceda a la licencia, una expresión del ideal de que la persona asociada a la licencia cree algo distinto alejada de los extremos del Todo o Nada”. Ya lo decíamos en el blog Think Big, este tipo de licencias abren un nuevo paradigma sobre el consumo y creación de la cultura.

Muchas iniciativas tecnológicas han surgido desde la llegada de Internet, demostrando la existencia de una cultura tecnológica que empieza a unir el arte con el entorno digital. Desde nuestro blog os hemos contado cómo el museo español del Prado se ha convertido en el primero en ofrecer un curso online, masivo y gratuito, que tratará sobre la vida y obra del genio de la pintura Diego Velázquez.

El mayor catálogo de obras on-line en el mundo

Dentro de este contexto surgen otras iniciativas distintas que son referentes para el mundo del arte y sus instituciones. En este caso, El museo metropolitano de Nueva York ha liberado el mayor catálogo de obras de la historia. Más de 375.000 imágenes de categorías diversas han pasado a ser de dominio público bajo la licencia de Creative Commons.

Las piezas fotografiadas en alta calidad ya están disponibles on-line dentro de un catálogo propio elaborado por la institución. Una variada selección de obras que van desde esculturas hasta grabados, fotografías y pinturas.

El director del Museo, Thomas P. Campbell, señaló que, con esta iniciativa, “la institución pretende convertirse en el museo referente con la colección de acceso abierto más grande y diversa del mundo para ofrecer nuevos recursos en creatividad, conocimiento e ideas”.

Obras de autores como Goya, Van Leyden, Rembrandt y Sorolla ya están disponibles para que desde plataformas como Wikimedia, Pinterest y Artsto asociadas a las CreativeCommons, accedamos y descarguemos de forma gratuita todo ese contenido.

Otros museos han lanzado anteriormente iniciativas similares, como el Museo de Arte de Dallas, el Rijksmuseumde Amsterdam o el Museo Getty de Los Ángeles. En el caso español, el Museo Thyssen ha llevado desde 2014 una profunda transformación digital bajo el lema “unir Europa mediante la cultura” y que desde blog también contamos. Aun así existen dificultades en las obras más contemporáneas, ya que están más protegidas por sus galerías o artistas.

Se crea, de esta forma, una nueva corriente artística que tiende a desplazar definitivamente la obra desde un espacio físico a uno virtual e intemporal. El arte ya puede disfrutarse cómo, cuándo y dónde quieras.

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