Elon Musk ha explicado más detalles sobre cómo pretende colonizar Marte a partir de 2023, aunque se trata de una cifra no exacta y que variará dependiendo de los recursos disponibles.
Hace unos días repasábamos en BlogThinkBig.com lo que sabíamos sobre el plan de Elon Musk para colonizar Marte en 2026, y no ha sido hasta ayer cuando el aclamado CEO ha aclarado y explicado durante el Congreso Internacional de Aeronaútica el plan para hacer posible la mayor proeza espacial desde la llegada del hombre a la Luna. Además de los detalles técnicos de la nave, se ha detallado otro de los aspectos clave, cómo podrá sobrevivir la humanidad una vez allí.
La llegada del hombre a Marte no es un capricho para Musk. La persecución del objetivo responde más a una preocupación por la especie humana, que de quedarse en la Tierra «se extinguirá». Su alternativa es «convertirse en una especie multiplanetaria». Todo pasará por el SpaceX Interplanetary Transport System y sus 42 motores Raptor, del que también se conocían detalles a fondo hace dos días. En el vídeo se ve cómo sería todo el proceso de despegue desde el mítico Cabo Cañaveral. Cuando el ITS ya se encuentre en órbita se para para que el propulsor regrese a la Tierra y aterrice, se ancle a un tanque propulsor y vuelva a la posición de la nave para reabastecerla de combustible. A partir de ahí, el ITS pone rumbo al planeta rojo con los paneles solares abiertos para recibir toda la energía posible.
Después de ello, el plan es llegar a habitar el planeta con 1.000.000 de personas. El plazo es así de largo porque por nave sólo viajarán 200 personas. El coste del billete es para Musk el gran impedimento actual. Según él el coste (desde un punto de vista optimista) actual está en miles de millones, y para que el plan sea factible, esa cifra deberá bajar a unos 200.000 dólares por persona, «lo que cuesta una casa». Puede parecer alto, pero no está mal para los entusiastas early adopters de esta «aventura» que en principio durará 80 días de trayecto, pero que a lo largo del tiempo se conseguirá reducir a 30. Pese a no bajar al mes, en interior será lo suficientemente cómodo para no ser un factor negativo durante el largo trayecto. Además, se permitirá regresar, a diferencia de otros planes de colonización.
Como también se intuía, el combustible no será uno de los utilizados hasta ahora, sino metano, que se puede producir a partir de elementos presentes en Marte. Gracias a los avances logrados con SpaceX, todos los cohetes serán reutilizables para que puedan volver a la Tierra a por más pasajeros y aprovisionamiento.
Las pegas al proyecto son las mismas que se señalaban el otro día. Más allá de un transporte que acabará siendo técnicamente posible, no se dan detalles de la supervivencia una vez se aterrice en el planeta. Según el CEO, la misión de SpaceX es proveer de unas naves lo suficientemente potentes y capaces como para hacer dar otro paso más a la especie, pero del resto se deben encargar otros especialistas. Otra de las grandes críticas de los expertos, que han llegado a catalogar el plan de absurdo, es que no se ha detallado cómo superar el alto nivel de radiación presente en el espacio y en Marte, donde no existe una atmósfera y campo magnético como en la Tierra.
El gran problema para Musk es la financiación. Según él, debe hacerse un proyecto masivo en el que intervengan entes públicos y privados, y tiene sentido si realmente la estancia en la Tierra se llega a ver como un peligro. De momento, y en 2023, la colonización como necesidad puede sonar más a capricho, pero eventualmente eso puede cambiar, por lo que el reto de SpaceX debe ser abrir los de los políticos y los responsables de las distintas agencias espaciales.
