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Grafeno fotónico: un español amplía las oportunidades del grafeno

El científico español Jorge Bravo ha desarrollado, junto a su equipo, el grafeno fotónico, que funciona en base a la luz en lugar de la electricidad, al contrario que el conocido material del que proviene.

La promesa para la electrónica de los próximos años da vueltas y vueltas por los laboratorios de medio mundo, que intentan encontrarle aplicaciones y buscar una forma efectiva de producirlo. El grafeno ofrece increíbles capacidades, pero podrían ser mejores. Así lo pensó y lo hizo posible el especialista español en materiales Jorge Bravo, que ha creado una derivación a la que ha bautizado como grafeno fotónico. Sus propiedades rompen las barreras hasta ahora conocidas en la fabricación de LED y tienen el potencial para revolucionar la energía fotovoltaica.

La investigación con grafeno en España está arrojando buenos resultados, sobre todo en lo que respecta a la producción. Son varias las empresas nacionales que han apostado por este material, ofreciéndolo a laboratorios o comercializándolo a compañías interesadas. Dentro del CSIC han desarrollado incluso una patente para fabricar grafeno a bajo coste, que reduce significativamente la temperatura a alcanzar para obtener el compuesto derivado del carbono.

En la misma estela está el descubrimiento de Jorge Bravo, aunque con un matiz que lo cambia todo. El científico español, perteneciente al Departamento de Física Teórica de la Materia Condensada, de la Universidad Autónoma de Madrid, ha desarrollado junto a su equipo un grafeno artificial, al que ha colgado la etiqueta de fotónico. Su nombre lo define, pues el nuevo material funciona en base a la luz, en lugar de la corriente eléctrica.

Todo lo que tiene el grafeno de conductor de la electricidad lo tiene el grafeno fotónico de conductor de partículas lumínicas. Bravo explica que su equipo ha tomado como inspiración todo lo desarrollado en torno al prometedor material para adaptarlo a la nueva creación. No se puede desvelar mucho porque algunas aplicaciones aún no están registradas como patentes, pero el científico se permite hablar del trabajo realizado con dispositivos LED.

El tamaño de este tipo de emisores de luz está marcado por límites físicos, que impiden aumentar su tamaño. El grafeno fotónico da al traste con este problema gracias al tratamiento de las partículas lumínicas. Sus propiedades también le valen para transformar el concepto de placa solar, optimizando al máximo el aprovechamiento de la energía. El material convierte la energía procedente del sol en láser, desencadenando una reacción química que le permite servir de almacén energético.

Imagen:  kevin dooley

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