Una universidad norteamericana usa la impresión 3D para revolucionar las clases de arquitectura, y rescatar del olvido edificios ya demolidos.
Cuando estudiábamos historia en el colegio o instituto, resultaba complicado echar la vista atrás e imaginar cómo habrían sido los grandes edificios y construcciones, ya demolidas, que se elevaron sobre las ciudades en el pasado. La impresión 3D podría ahora ayudar al profesorado a hacer sus clases más accesibles, y permitir que el alumnado pudiera conocer su historia de una manera más cercana y palpable.
Así lo han demostrado estudiantes de la Ball State University, una entidad académica situada en Indiana (Estados Unidos). El lema de esta institución es claro: «redefinir la educación». Y parece que la impresión 3D puede ser una tecnología adecuada para cambiar la enseñanza durante la próxima década.
¿Podría, por ejemplo, mostrarse la historia de la arquitectura gracias a la impresión 3D? Carol Street, impulsora del proyecto Indiana Architecture X3D, pensó que tal vez estas impresoras podrían ser la herrramienta adecuada para traer al presente edificios históricos, ya derruidos, mediante el uso de los planos y diseños que aún guardan en la universidad.
La iniciativa se centró primero en la reconstrucción del edificio de la ópera Wysor Grand de Indiana. Esta construcción, realizada en 1891, representa muy bien la arquitectura que se puso de moda en Indiana a finales del siglo XIX. A principios del siglo XX, el edificio pasó a funcionar como un teatro, hasta que fue demolido en 1967. Según cuenta Carol Street en su blog, pocas personas conocían cómo habían sido los exteriores de la antigua ópera.
¿Ayudaría a los estudiantes de arquitectura conocer cómo eran en realidad estos edificios? La respuesta es afirmativa, y qué mejor manera que usando la impresión 3D, una tecnología que ya revoluciona campos como la medicina, la industria del automóvil o el mundo de la música. Aunque algunos análisis consideran que la adopción masiva de impresoras 3D tardará al menos cinco años, lo cierto es que la amplia variedad de aplicaciones que tiene son una garantía de su potencial.
La idea de utilizar la impresión 3D en la enseñanza de arquitectura es sencilla: implicar al alumnado para que dibujen los planos imprimibles a partir de los diseños históricos. Y después de lograr reconstruir la antigua ópera de Indiana mediante una impresora 3D, Carol Street y sus estudiantes pretenden traer del pasado un antiguo puente, también de 1891, llamado Baltimore Through Truss Bridge.
El uso de la impresión 3D en educación puede, sin duda, acercar y atraer la atención del alumnado. Si quieres conocer más sobre este proyecto, puedes ver los planos depositados en el repositorio digital de esta universidad norteamericana. Redefinir la enseñanza con impresoras 3D es ya una realidad.
Imágenes | Ball State University, Tpsdave (Pixabay)
