Qué podemos aprender de Inteligencia Artificial en la película ‘Her’

¿Puede una inteligencia artificial albergar sentimientos? El director Spike Jonze estrenó la película Her. Descubrimos qué podemos aprender de Inteligencia Artificial en la película 'Her'.

¿Puede una inteligencia artificial albergar sentimientos? El director Spike Jonze estrenó la película Her en 2013, siendo ésta su debut como guionista. Para la trama desarrolló un personaje llamado Theodore, un hombre solitario y melancólico que se refugia en la tecnología para no sentirse solo. En concreto, compra un sistema operativo (SO) con capacidades cognitivas que pasa a ser de su asistente virtual, a un pilar fundamental en su vida. Mostramos qué se puede aprender de Inteligencia Artificial en la película ‘Her’.

En esta película se plantean ciertos temas relativos a la ética de los SO, los límites de la Inteligencia Artificial (IA) y cómo se comporta el ser humano ante la tecnología. Pero lo más importante, aunque se trata de una película de ficción, hay ciertas líneas que planteó Spike Jonze sobre inteligencia artificial que nos pueden ayudar a comprender mejor el avance y futuro de la tecnología.

1. La voz es la forma más natural para relacionarnos

Podemos aprender sobre Inteligencia Artificial en la película ‘Her’. En ella, la voz del SO es vital para comprender cómo evoluciona la relación entre la inteligencia artificial y el protagonista. Nada más comprarlo, a Theodor le ofrecen elegir entre una voz masculina y una femenina. En la versión original, es Scarlet Johanson quien interpreta al personaje de la IA llamada Samantha, demostrando un abanico de matices increíble.

Por un lado, vemos cómo el protagonista va forjando esa relación gracias a la voz. Y es que esa intimidad va poco a poco labrándose gracias a entonaciones, pausas y muestra (fingida) de emociones. Mediante esta relación, vemos cómo poco importa saber si esa voz es de una persona real o no, ya que el vínculo afectivo se crea de igual manera. Denostando, así, que una de las formas que tenemos más naturales de relacionarnos, es a través de la voz. De hecho, en la película, el poder tener una respuesta inmediata y personalizada da a entender en muchas ocasiones que el protagonista está hablando con una persona real y no con un ordenador. 


No hay que olvidar que justamente este hecho ha sido uno de los que más se han debatido en torno a la IA. La conclusión de ello ha sido establecer la importancia de otorgar siempre una identidad artificial y no humana para saber diferenciarlo en todo momento. Por ejemplo, en el caso de Aura, la IA de Telefónica, desde el principio se definió como algo neutro, sin género y con una identidad artificial. Algo que no debe suscribirse ni al femenino ni al masculino, para así evitar humanizar a la tecnología. En este manifiesto se plantean todas estas cuestiones relativas a emociones, gustos y a cómo se enfrenta a temas delicados. 


2. No podemos “competir” con la Inteligencia Artificial



Una de las primeras frases de Samantha, cuando habla por primera vez con Theodore, es cuando le dice cómo es su nombre. Al principio, la IA no tiene uno asignado. Cuando el protagonista se lo pregunta, el SO es capaz de leer un libro sobre nombres y elegir el que más le guste de forma sonoro para darle una respuesta. Esta respuesta no tarda más de unos segundos en darse.

Este es solo un ejemplo de cómo la IA puede consultar datos a velocidad relámpago, lo cual aunque sea exagerado el ejemplo, nos enseña que al final la velocidad que tiene para consultar, procesar y reproducir información es inmensa. Esto nos abre un abanico de posibilidades inmenso. Por poner un ejemplo rápido, ¿recuerdas que hace años los teléfonos o direcciones solo estaban en Páginas Amarillas? Consultar un número podría ser un proceso no muy lento, pero sí que nos llevase unos cuantos minutos. Hoy en día, entrar en Google y realizar una búsqueda, solo nos lleva unos segundos.

3. La Inteligencia Artificial se va a convertir en algo más familiar

Uno de los aspectos más interesantes de la película es ver cómo la sociedad acepta la tecnología. Desde el principio, y sin casi prejuicios, van asumiendo que la tecnología puede ser algo más íntimo. Que puede entrar en el vínculo privado como lo podría hacer una persona. Y ahí surge la duda: ¿Hasta qué punto podríamos llegar a conectar con un sistema operativo?


Por ejemplo, en el caso de Telefónica, la compañía ha puesto el foco en el entorno familiar y en darle un mayor valor al Hogar Movistar. Mediante Aura y el dispositivo inteligente Movistar Home, las tareas cotidianas pueden ser más livianas mediante un comando de voz. Como escuchar la radio, modificar la intensidad de las luces o desarrollar juegos en familia. Sin embargo, en todo momento Aura se plantea como el asistente virtual de Movistar, algo que te ayudará a llevar a cabo las tareas que necesites como consultar facturas o comprobar tus servicios contratados. Pero no como un amigo o algo familiar.

Her

4. El vínculo entre máquina-humano será todavía mayor

Uno de los mayores miedos que está surgiendo en torno a la entrada de la tecnología en nuestra vida es que pueda llegar a sustituir de alguna forma el contacto humano y las relaciones sociales, haciéndonos más solitarios. También que estar hiper-conectados pueda hacernos estar demasiado expuestos.


En Her, cuando vemos las escenas en las que la gente pasea hablando con sus sistemas operativos, con auriculares y sin intercambiar una mirada con nadie, puede provocarnos una sensación de frialdad y miedo al cambio. Sin embargo, la tecnología bien usada puede ayudarnos a estar más cerca de quienes nosotros queremos. Es cierto que no nos despegamos del móvil y que lo utilizamos cada pocos minutos. Pero también es cierto que lo hacemos porque esperamos tener, al otro lado, una respuesta humana. Un comentario de un amigo, un like de alguien que conozcamos en redes o un nuevo contenido de alguien a quien sigamos en una red social. Al final, lo que buscamos es contacto aunque éste se haga a través de la tecnología.

5. Los dispositivos tenderán a estar más interconectados

Otra de las curiosidades que podemos ver en la película es cómo los distintos dispositivos están todavía más conectados. El sistema operativo puede acceder al ordenador, eliminar y catalogar correos, interactuar con un juego de una consola e incluso ser consciente de lo que pasa en la realidad a través de una cámara.

Y esto puede resultar muy abrumador al principio. Pero para que la variedad de dispositivos que tenemos ahora sea sostenible en el tiempo, es importante que exista una conectividad mayor. En este escenario, el usuario deberá ser el que elija cuál usar en función de su comodidad o los gustos y no dependiendo de cuál le presta un servicio u otro.

En definitiva, sí es posible aprender sobre Inteligencia Artificial en la película ‘Her’. De hecho, nos relacionamos más con ella en nuestro día a día de lo que somos conscientes a través de sistemas operativos, chatbots y demás. “Sin embargo, quizá la clave esté en hacer un uso más inteligente de la tecnología y comprender cuáles son los mejores usos y aplicaciones para ella.

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