En marcha la iniciativa para llevar internet de bajo coste a países subdesarrollados

Ya están en órbita cuatro de los satélites programados para proporcionar Internet de alta velocidad a bajo coste a cerca de 180 países subdesarrollados con mercados emergentes.

Con el lanzamiento de los cuatro primeros satélites de los 12 previstos se pone en marcha la iniciativa para dotar de Internet de alta velocidad a bajo coste a cerca de 180 países subdesarrollados. Esta iniciativa, que forma parte del proyecto denominado O3b para garantizar la conectividad a 3 mil millones de personas con acceso restringido a Internet, se inaugura con el lanzamiento del cohete ruso Soyuz desde la base de Kourou, en la Guayana Francesa.

Hasta ahora los procesos de canalización de información y servicios a través de Internet se han centrado en la mejora de la conectividad a través de cualquier dispositivo con acceso a la red, el incremento de la velocidad y la transferencia de datos con los últimos avances tecnológicos y la posibilidad de conectarse a la red casi desde cualquier sitio. Pero hasta hace pocos años nadie había reparado en la situación de desventaja en la que se encuentran los mercados de muchos países emergentes con limitaciones de acceso a Internet.

De ahí que, tras la experiencia ante la falta de red de telecomunicaciones del experto en Internet Greg Wyler durante un viaje a Ruanda en 2007, se fragua esta iniciativa pionera a través de la empresa O3b fundada tan solo un año después. Con la puesta en marcha de 4 de los 12 satélites programados, O3b se ha comprometido a dotar de Internet de alta velocidad tanto a países del interior del continente africano como aquellos aislados por el agua como en las islas del Pacífico.

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Para Greg Wyler, “sólo cuando los mercados emergentes consigan un acceso asequible y equitativo al del resto del mundo, podremos comprobar las posibilidades para el desarrollo social y económico de los contenidos generados localmente, la generalización del e-learning, la telemedicina y otro tipo de valores que reflejan el autentico valor de la era Internet”.

El plan de Wyler planteaba resolver el problema de la conectividad evitando los costes de las infraestructuras terrestres como la fibra óptica o los cables submarinos, y apostar por una red de pequeños satélites alrededor del ecuador, actuando como intermediario entre los usuarios y la Word Wide Web utilizando únicamente antenas parabólicas. Con este sistema se cubriría las regiones comprendidas entre las latitudes de 45 grados norte y 45 grados sur, es decir, la mayor parte de América Latina, el continente africano, el Oriente Medio, el sudeste de Asia, Australia y las islas del Pacífico.

En cambio, los satélites geoestacionarios que proporcionan este tipo de servicios orbitan generalmente a unos 36.000 kilómetros de altitud –22 millas– sobre la Tierra y requieren bastante tiempo para rebotar una señal, concretamente unos 500 milisegundos, además de unos costes inasumibles para el proyecto O3b. La cuestión del tiempo de rebote de señal es importante en este aspecto, ya que podrían producir problemas de interferencias en la señal que afectarían al volumen del tráfico de datos y la velocidad del servicio.

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Por tanto, los satélites O3b construidos ex profeso para este proyecto por la empresa franco-italiana Thales Alenia Space, orbitarán a una altitud de 8062 kilómetros y pesarán unos 650 kilos cada uno, para adaptarlos al servicio de O3b y reducir los costes de infraestructuras. Al reducir la altitud y disponer de varios satélites orbitando en red se obtiene un servicio cuatro veces más rápido que el ofrecido por los satélites geoestacionarios convencionales, y según justifican los informes de O3b, seis satélites serían más que suficientes para garantizar la permanencia del servicio.

En cuanto al precio del servicio, los informes elaborados por la empresa cifran su coste entre un 30 y un 50 por ciento menos que el coste de los servicios vía satélite tradicionales. Estos costes convierten esta red de telecomunicaciones en un servicio que combina el alcance integral de la cobertura vía satélite con la velocidad de la red de fibra óptica a un precio muy competitivo para los países a los que da cobertura. Pero para poder llevar a cabo este ambicioso proyecto ha sido necesaria la colaboración de inversores como Google, la compañía Liberty Global, el operador satélite SES, el banco HSBC y el Banco de Desarrollo de África del Sur.

En un principio, la empresa Arianespace tiene previsto poner en órbita los 12 satélites principales, pero según el departamento de comunicación de O3b podría complementarse esta red con hasta 16 satélites más para garantizar una mayor cobertura y velocidad del servicio

Imágenes | vía Flickr ( NASA y Marcin Wichary)

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