reconocer el entorno por gestos

Un sensor permite a los invidentes reconocer el entorno por gestos

Este dispositivo que se lleva alrededor del cuello permite a su portador diferenciar colores, medir la distancia que le separa de los objetos y reconocer personas.

El trabajo de dos investigadores de la Universidad de Nevada ha combinado la tecnología de reconocimiento de objetos de Kinect con una interfaz gestos-voz para crear un sistema que podría mejorar la percepción de los invidentes. Se trata de un dispositivo wearable con una cámara que analiza el entorno, mientras que el portador puede preguntar al sensor mediante gestos de su mano sobre la información obtenida. De esta forma, es posible diferenciar el color, saber la distancia a la que están las cosas y si hay una persona delante.

El sistema ha sido bautizado con las siglas GIST (si bien, su nombre completo es Gesture Interface for Remote Spatial Perception) por los científicos Eelke Folmer y Vinitha Khambadkar, líderes de la investigación. Los términos utilizados dan una idea precisa de lo que consigue este sistema para reconocer el entorno, pues es capaz de percibirlo de forma remota y después transmitir la información en base a comandos gestuales.

Uno de los pilares de esta tecnología es el sensor Kinect de Microsoft, cuya capacidad para analizar el entorno y el movimiento es utilizada para crear un mapa del campo de visión que tiene la cámara en cada momento. El dispositivo se lleva alrededor del cuello, de manera que el objetivo apunte siempre al frente.

Empezando a reconocer el entorno por gestos

El GIST permite reconocer colores como primer paso, pues de esta forma se pueden identificar cambios en el entorno, como la aparición de un objeto. Si el usuario despliega los dedos índice y corazón en forma de V, el sensor comunicará por voz el color del área designada. Si apunta con el dedo índice se le revelará la distancia a la que se encuentra el objetivo más cercano.

Cuando el usuario cierra el puño, el sensor le dirá si hay alguna persona en esa dirección y, en caso de que la haya, a cuánta distancia está. Pero el dispositivo también permite que se identifiquen objetos para almacenarlos en su memoria, con lo que es posible transmitirle cuál es la taza del usuario. Después de esto, al preguntar por ella, el sistema buscará la taza exacta e indicará su posición.

Algo parecido se puede hacer con las personas, pues GIST ofrece reconocimiento facial y almacena igualmente en una base de datos la información procedente de esta capacidad. Por si esto no fuera suficiente en algún caso también identifica a la gente en base a sus formas corporales. Aun así, los investigadores esperan que el lanzamiento de la versión 2.0 de Kinect mejore la precisión del sistema en su conjunto, tanto en lo referido al reconocimiento del entorno como de los gestos.

Imagen:  IntelFreePress

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