Basura espacial

Japón quiere ponerle solución a la basura espacial: ha lanzado un colector

La agencia espacial japonesa ha lanzado una nave experimental destinada a captar la basura espacial y acabar con ella.

Desde que comenzara la carrera espacial en el año 1957, con el lanzamiento del satélite soviético Sputnik, se ha enviado al espacio una enorme cantidad de naves y dispositivos. El resultado ha sido un avance significativo en la exploración espacial, la mejora de las telecomunicaciones, monitorización de fenómenos climáticos o mapas más precisos. El otro resultado, el que normalmente permanece en la sombra, es la proliferación de basura espacial.

Todos los satélites y piezas de naves espaciales que se han ido quedando a lo largo de estas décadas en la órbita terrestre se estiman en más de 100 millones de objetos. Ya ha habido más de un susto por objetos que se aproximaban peligrosamente a satélites o naves. Incluso los miembros de la Estación Espacial Internacional tuvieron que prepararse para evacuar las instalaciones en una ocasión. Contuvieron la respiración hasta que la pieza de basura pasó a solo unos cientos de metros de distancia.

Las dimensiones del problema no pueden hacer otra cosa que aumentar si no se le pone freno. De ahí que la Agencia Japonesa de Exploración Espacial (JAXA) haya desarrollado un sistema para tratar de reducir la cantidad de basura que se mueve en la órbita terrestre.

Basura espacial
Este gráfico simula la distribución de la basura espacial (el 95% de los puntos) alrededor de la Tierra

Esta especie de recolector de basura espacial consta de una correa electrodinámica, que consiste en finos cables de acero inoxidable y aluminio. Este sistema es capaz de generar electricidad mientras da vueltas a la Tierra, cuyo campo magnético afecta a la correa electrodinámica. El final de esta atrapa las piezas de basura y ralentiza su movimiento. Así, su órbita decae hasta que finalmente entra en la atmósfera y empieza a arder.

Los restos de cada pieza de basura espacial caerán en agua o tierra y así se cierra el ciclo. No es primer intento por reducir la cantidad de basura espacial que inunda la órbita terrestre. Anteriormente se han puesto en marcha algunas iniciativas, si bien todas han contado con una desventaja clara. Su coste es demasiado elevado en relación a la eficacia que demuestran.

El sistema de la JAXA aún tiene que probarse y una vez medidos los resultados se verá si compensa su utilización. En el caso de que la primera misión sea exitosa, los responsables del proyecto tienen previsto lanzar otros colectores de basura como este en los próximos años, con el objetivo de que a mediados de los años 2020 ya exista un método para encarar el problema de la basura espacial.

Imágenes: NASA Johnson y Wikipedia

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