desarrollos tecnológicos

La importancia de la eficiencia en electrodomésticos

Los electrodomésticos tienen una pegatina muy relevante, de la que a veces, por error o desconfianza, acabamos descartando atender. La eficiencia nunca ha importado tanto, con subidas de precio y un medio ambiente que se resiente.

El CES 2017, dejó, como todas las ediciones recientes, una cantidad ingente de dispositivos del hogar, que más allá de inteligencia, conexión con la nube y ecosistemas, prometen eficiencia energética. No es nada nuevo, llevamos muchos años escuchando sobre los grados de eficiencia energética, su influencia en las facturas de la luz y en cómo afectan globalmente al respeto al medio ambiente. Pero, ¿cuál es su importancia real en el día a día del ámbito doméstico?

La pregunta resulta especialmente conveniente a la hora de adquirir un electrodoméstico, momento crucial en el que acudir a una hoja de especificaciones, comparar y decidir según pros y contras. El apartado de la energía resulta, además de la concienciación con el medio ambiente, crucial a día de hoy, pues su precio no deja de incrementarse y las necesidades, lejos de disminuir, crecen en cada nueva generación.

Para elegir de manera sencilla, lo lógico es acudir a la pegatina de la clasificación energética que la mayoría de productos incluyen, y dentro de las distintas opciones,  intentar subir valores hasta alcanzar la ansiada eficiencia en el hogar. El «problema», tal y como se puede contar a medio plazo, es que no se piensa en la amortización que se les va a dar a esos electrodomésticos, sino en que son algo más baratos que otros inmediatamente superior. Es cortoplacista por no contemplar en ningún momento el ahorro económico y energético que da a lo largo de su vida, entre 10 y 15 años, un electrodoméstico.

Clasificacion energética

Y esa es la verdadera clave. Sin tener en cuenta la actual subida de precios de la energía, resulta muy curioso el ahorro que se puede llegar a conseguir apostando por soluciones eficientes. Por ejemplo, una lavadora de clase A+++ puede llegar a ahorrar hasta 24 euros al año frente a un modelo más tradicional con 5 años de antigüedad, mientras que comparado con una lavadora con 15 años el ahorro anual podría ser de unos 60 euros. Otros casos muy flagrantes son los frigoríficos, que pueden llegar a a ahorrar, simplemente con subir en la clasificación, prácticamente 90€ anuales.

Estas cifras, multiplicadas por miles de ventas, hacen que las compañías compitan por estar las primeras en la lista de cara al marketing, aunque este luego no se transmite al consumidor. Sin embargo, la suma de esas miles trae otras miles al año, con lo que el ahorro en consumo y producción y producción es muy alto en el conjunto del hogar. Por un sólo electrodoméstico, la suma puede llegar a suponer en dos o tres años un ahorro mucho mayor que el que se obtuvo en el proceso de adquisición del electrodoméstico.

Reducir el consumo energético es clave, pero si puede ser de forma pasiva, las opciones son mucho más atractivas, pues con ellas el usuario apenas tendrá que preocuparse de qué se ha dejado encendido o no, puesto que incluso en el primer caso, se consiguen unas cifras superiores al extra que pagamos desde que adquirimos hasta que desechamos. Lo importante, de verdad, es observar con perspectiva, y no dejarse guiar por ofertas alejadas de la innovación de las soluciones más eficiente.s

Sobre el autor

RELACIONADOS