Inteligencia artificial en la economía

La inteligencia artificial reta a la teoría económica clásica

La teoría económica se podría ver enriquecida por la inteligencia artificial, con el fin de lograr previsiones más efectivas.

Hoy en día la teoría económica se basa en que el ser humano lleva a cabo elecciones racionales. Se trata del llamado homo economicus, al quien se le presupone capaz de procesar adecuadamente la información que recibe y actuar de manera racional. Evidentemente no siempre es así, pues intervienen más factores aparte de la lógica en las decisiones que toman las personas, aunque hay dinero –en ocasiones hasta mucho dinero– de por medio.

La psicología de cada uno, las influencias sociales y las emociones personales entre otras variables moldean, junto a la razón, las decisiones que tomamos. Tomando todo esto en consecuencia un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard y la Universidad de Michigan se ha lanzado a aplicar el modelo económico a un sistema de inteligencia artificial.

Su objetivo es crear una suerte de ‘machina economicus’, por contraposición al homo economicus. Este sistema tendría una mayor capacidad para predecir las decisiones de los seres humanos y, por tanto, los movimientos económicos. Gracias a su algoritmo pone en contexto el resto de variables que no siempre se tienen en cuenta al seguir la teoría económica clásica.

Inteligencia artificial en la economía

La introducción de la inteligencia artificial en la economía no es nueva, pero la presente investigación explora un nuevo campo, centrándose en las personas. Partiendo de ellas podría anticipar los contextos económicos con mayor efectividad. La racionalidad de la ‘machina economicus’ comprende asimismo la toma de riesgos, habiéndolos calculado previamente. Es una de las vertientes donde su efectividad podría ser superior a la de los seres humanos.

En definitiva, el algoritmo creado por los investigadores estadounidenses no difiere demasiado de los que se usan comercialmente. En un ejemplo concreto, el sistema serviría para facilitar la decisión de compra de una vivienda. Una vez entrenado, señalando manualmente qué casas nos interesan por encima de otras, el software podrá buscar en el mercado y proponernos la opción que más se ajuste a nuestras necesidades.

Los problemas de un sistema de inteligencia artificial para predecir movimientos económicos son similares a los que tiene un ser humano. Si el sistema de inteligencia artificial está solo puede desplegar sus mejores dotes para predecir entornos. Pero si el algoritmo, así como otros de su clase, está interviniendo en el entorno, la capacidad de predicción se atenúa. El software tiene que adivinar cómo van a influir los otros actores en el ecosistema económico.

Imágenes: wrangler y Willyam Bradberry

Sobre el autor

RELACIONADOS