Las Fallas se apuntan a la revolución tecnológica

La evolución tecnológica ha ido acompañando paralelamente a las Fallas, mejorando sus procesos de muchas formas. Así, a día de hoyn esta celebración cuenta con una gran variedad de herramientas de la más reciente actualidad tecnológica, que enriquecen la fiesta considerablemente.

Cada año por estas fechas da comienzo una de las celebraciones más singulares de España: las Fallas. Se trata de una tradición centenaria, cuyo origen data del siglo XVIII. Entonces, la tradición se limitaba a piras de materiales combustibles que recibían el nombre de Fallas y eran quemadas al anochecer de la víspera de San José. Fueron los carpinteros de la ciudad los que iniciaron esta costumbre que, poco a poco, fue evolucionando y llenándose de sentido crítico e icónico, mostrando escenas satíricas, y atrayendo la atención del resto de los habitantes. No fue hasta 1901 cuando el Ayuntamiento de Valencia comenzó a otorgar premios a las mejores Fallas, lo que otorgó finalmente el carácter oficial a unas fiestas populares más notables de la región.

En este sentido, y tal como sucede con la mayoría de tradiciones, la evolución tecnológica ha ido acompañando paralelamente a la celebración, mejorando su mecánica en todos los ámbitos. De esta forma, a día de hoy las Fallas cuentan con una gran variedad de herramientas de la más reciente actualidad tecnológica, que las enriquecen considerablemente. A continuación, señalamos algunas de las más relevantes.

Un ninot ecológico

Actualmente los ninots más grandes se elaboran con un corcho blanco compuesto de poliexpán, unos materiales muy moldeables y fáciles de esculpir, pero que generan muchos desperdicios.

Por esta razón, unos investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia han desarrollado un método de creación de ninots sostenibles, compuestos por paja de arroz y serrín. Se trata de productos con base orgánica combustible y que no aportan sustancias peligrosas a la combustión. De esta manera, la comisión Menora-Luis Bolinches incorporará un ninot realizado con estos ingredientes en las Fallas de este año con la obra el ‘Pulgarcito’ del artista Iván Martínez. Por el bien del medio ambiente, esperemos que los materiales sostenibles constituyan pronto el estándar de la fiesta.

Fallas y neurociencia

La comisión de la Plaza de Jesús ha fusionado fallas y ciencias con un proyecto con el fin de divulgar conocimientos neurocientíficos. Para ello, utilizará la propia obra fallera y una novedosa aplicación.

A partir de Sinapsis, una aplicación que utiliza la realidad aumentada, los visitantes de la falla podrán interactuar con un ninot que representa una neurona de un cerebro virtual para obtener información sobre los últimos descubrimientos en neurociencia. Se trata de la falla de la Plaza Jesús, elaborada por el artista Ramón Solaz.

La idea llega de Lucía Hipólito y Yolanda Campos, investigadoras de la Facultad de Farmacia de la Universitat de València y falleras de la comisión. Debido a que la semana fallera coincide con el día mundial del cerebro, han decidido unir estos conceptos.

Una app para invidentes que permite ver las Fallas

La Falla San José de la Montaña-Teruel, junto a la startup valenciana Quasar Dynamics y el deportista paralímpico español David Casinos, ha desarrollado ‘Veig la falla’ (Veo la falla), una aplicación para dispositivos móviles mediante tecnología beacon, adaptada para personas con diversidad funcional visual.

La aplicación interactúa de forma autónoma una vez iniciada, y basta con caminar alrededor de la falla para que esta se comunique con el usuario, detectando su posición exacta y mostrándole qué tiene delante mediante una descripción. De momento, la aplicación funcionará para la falla grande y la falla infantil.

La tecnología beacon consiste en unos dispositivos del tamaño de una moneda y que mediante Bluetooth emiten señales de onda corta que permiten conectar, enviar y recibir información.

Mascletá digital

Aunque esta cuestión no responda a ningún invento de la más reciente actualidad, cabe destacar que en los últimos años los disparos pirotécnicos conocidos como mascletá se han ido digitalizando en beneficio del espectáculo. El uso de disparadores electrónicos permite ejecutar finales mucho más complejos combinando varios finales «aéreos». Sin embargo, esta tecnología continúa en proceso de desarrollo, por lo que en ocasiones se dan errores en el disparo electrónico que obligan a pasar a manual.

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