Las redes neuronales nos desvelan un nuevo enfoque de la salud

“Donde no hay diversidad, no hay vida”. Con estas palabras arrancaba [#FuturoSingular 2019](https://futurosingular.com/), un evento de ATAM que ha reunido a expertos de primer nivel en torno a la ciencia, la tecnología y el humanismo.

Lo cierto es que, en un mundo incierto y complejo, la primera dificultad radica en nuestra limitación biológica, porque necesitamos fragmentar la realidad que vivimos para poder interactuar con ella, ya que la percepción supone en sí misma un ejercicio de categorización, seamos o no conscientes.

Mientras que en el siglo XX la humanidad tuvo que enfrentarse a factores patógenos para sobrevivir, el gran reto del siglo XXI es superar los factores ambientales (y psicosociales) que determinan un 63% la salud de la persona. Y es que, los investigadores hablan de que solo un 10% de nuestra salud viene de alguna manera ‘de serie’, mientras que un 27% es pura genética.

Nuestros científicos coinciden hoy en que el estado mental es decisivo para la salud de las personas, y ya nadie duda de que nuestra civilización está modificando la denominada ‘performance’ del cerebro, con las llamadas enfermedades de este siglo: la hiperactividad, el TDH, los trastornos alimenticios, el Párkinson y la ansiedad, entre otras tantas.

De hecho, la enfermedad del Alzheimer encuentra su origen en el llamado cerebro jerárquico, centro de conectividad donde aparecen los desórdenes neurodegenerativos.

Por cierto, ¿te cuento una curiosidad neurológica que he aprendido? Me impresiona saber que todos tenemos un grafo cerebral, es decir, como una huella dactilar única que nos hace singulares.

Hemos escuchado que ‘no hay enfermedades, sino enfermos’ (medicina de la complejidad) y que ‘somos estructuras psíquicas en una materia física’. También, se expusieron líneas de pensamiento en torno a estos enfoques filosóficos: ‘el hombre es una conciencia’ y ‘que la sistematización de la medicina se ha alejado de la singularidad de las personas’. El simposio nos ha dejado algunos aspectos para la reflexión, como la de que ‘la filosofía tendría que ir de la mano de las ciencias médicas, porque lo suyo es tener en cuenta el todo (el ser humano) en las ciencias de la complejidad (que no de la complicación), que a la postre son fuente de innovación y creatividad’.

Los estudiosos lo tienen claro: “No hay una sola manera de ser sano, como tampoco existe una sola manera de enfermar. La enfermedad de cada persona es singular”.

Me reconforta saber que hay mucha gente sabia enfocada al cuidado de la salud. Yo, hoy me quedo con la máxima de que la salud es mucho más que la mera ausencia de enfermedades, la salud es un estado de completo bienestar, físico, mental y social. ¡Nos vemos en #FuturoSingular 2020!

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