El LED desarrollado por la UW es 10.000 veces más fino que el grosor de un cabello humano
El grosor de la nueva tecnología LED ya no se medirá en milímetros sino en una escala mucho menor. Con apenas 3 átomos de grosor un equipo de científicos de la Universidad de Washington acaba de publicar un estudio en la prestigiosa revista NATURE donde aseguran haber conseguido desarrollar el LED más fino del mundo.
La tendencia actual a crear dispositivos de última generación cada vez más delgados y ligeros para no crecer en peso y mejorar su ergonomía, conlleva una necesaria reducción del tamaño de sus componentes. Los diodos emisores de luz o LEDs que integran muchos de estos dispositivos también se ven afectados por las nuevas exigencias del mercado, llevando a los investigadores a reducir sus dimensiones y mejorar sus prestaciones.
El nuevo LED para su uso como fuente de luz en electrónica, 10.000 veces más fino que el grosor de un cabello humano, es capaz de emitir la luz necesaria para fabricar pantallas flexibles y chips que utilicen la luz como elementos conductor. Construido mediante un proceso similar al de las láminas monomoleculares de grafeno, los científicos estadounidenses han conseguido obtener LEDs mucho más pequeños, flexibles, resistentes y eficientes para el desarrollo de nuevas estructuras conductoras tridimensionales que revolucionarán el sector de la tecnología electrónica portátil en un futuro inmediato.
El LED desarrollado por la UW está hecho a partir de finas láminas de diselenuro de tungsteno, un semiconductor molecular relativamente abundante en la tierra dentro del grupo de los materiales bidimensionales conocidos por ser los más delgados de la naturaleza. Este material ya ha sido empleado anteriormente por su capacidad para generar energía a partir de la luz. La posibilidad de laminar el material en una capa tan delgada que el 95% de la luz pase a través de ella, permite que una décima parte de ese 5% restante sea absorbida por el material para ser convertida en energía eléctrica.
Además de las aplicaciones de emisión de luz, esta tecnología abre todo un ecosistema de posibilidades para un nuevo uso de la luz. Por ejemplo, para ejecutar ordenadores mediante el envío de la luz a través de un chip, logrando el mismo objetivo de los dispositivos estándar pero de manera mucho más eficiente. No obstante, tendremos que esperar algún tiempo para ver estos nuevos dispositivos en el mercado.
Imágenes | vía Nature
