ondas gravitacionales

Los científicos logran «escuchar» por segunda vez ondas gravitacionales

El observatorio Advanced LIGO ha logrado detectar por segunda vez una señal de ondas gravitacionales, cumpliendo una vieja predicción de Einstein.

Cuando Albert Einstein formuló la teoría de la relatividad general en 1915, la ciencia vivió un auténtico punto de inflexión. Nada volvería ser lo mismo en el mundo de la física. En el mar de ecuaciones matemáticas que planteó, el investigador también predijo la existencia de las ondas gravitacionales. Su hipótesis planteaba que había «olas» en la inmensidad cósmica; es decir, que los objetos acelerados eran capaces de producir distorsiones en el espacio-tiempo que se propagaban en el universo.

El mismo Einstein se desdijo de su propuesta décadas después. Y es que escuchar ondas gravitacionales es sumamente difícil. Como si lanzáramos una piedra a un estanque, en el lugar donde cae la roca se produce una pequeña perturbación que se observa en forma de ondas que se propagan por el agua. Lo mismo sucede con algunos de los fenómenos más violentos e intrigantes del cosmos, tales como la colisión de agujeros negros, la explosión de supernovas o el Big Bang, el gran estallido donde comenzó todo. Estos eventos producen «ecos muy tenues» que sólo pueden ser percibidos si contamos con unos oídos extremadamente sensibles.

La comunidad científica estrenó unos nuevos «oídos» el pasado mes de septiembre con la inauguración de Advanced LIGO, un potente detector situado en Estados Unidos. Gracias a él se consiguió confirmar la existencia de ondas gravitacionales el 11 de febrero de 2016. Tres meses después, el consorcio internacional, en el que participa la investigadora española Alicia Sintes, ha logrado detectar una segunda señal correspondiente a ondas gravitacionales.

ondas gravitacionales

En esta segunda ocasión, la señal de ondas gravitacionales fue percibida por los investigadores el pasado 26 de diciembre. Desde entonces los científicos han evaluado el «susurro cósmico» detectado, dado que la señal es algo más débil que la primera vez. Pero, al igual que sucedió en febrero, la onda gravitacional se produjo como consecuencia de la colisión de dos agujeros negros hace 1.400 millones de años.

Cuando se puso en marcha el observatorio Advanced LIGO, nadie pensó que pudiera percibir ondas gravitacionales tan rápidamente. Y, lo cierto, es que la predicción que Albert Einstein realizó hace un siglo era cierta. Conseguir detectar estos «ecos cósmicos» ha permitido abrir una nueva ventana de conocimiento al universo.

A partir de ahora, gracias a la determinación de estas primeras señales, podremos desvelar los misterios de fenómenos tan violentos como intrigantes. La astrofísica gravitacional está escribiendo un nuevo capítulo en la historia de la física, gracias no sólo de Advanced LIGO, sino también de proyectos espaciales como LISA Pathfinder. Y todo gracias a la tecnología.

Imágenes | Charly W. Karl (Flickr), NASA-Ames Research Center (Wikimedia)

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