cortacesped autonomo

Los creadores de Roomba apuntan hacia un cortacésped autónomo

La empresa iRobot, creadora de la aspiradora Roomba, ha recibido la aprobación del regulador para fabricar un cortacésped autónomo.

La robótica está destinada a entrar en los hogares. Más tarde o más temprano, pero lo cierto es que igual que los electrodomésticos sirvieron para automatizar algunas de las tareas domésticas más pesadas, como lavar la ropa o los platos, otras obligaciones podrían acabar delegándose en máquinas. Una muestra clara de esto es la popularidad que está alcanzando la aspiradora autónoma Roomba, que se las arregla ella solita para limpiar los rincones de cualquier habitación.

El fabricante de Roomba, la compañía especializada en robótica iRobot, tiene en mente otro proyecto que podría tener una gran acogida por parte de cierto público. Se trata de un cortacésped autónomo. En este campo las máquinas apenas han avanzado desde hace décadas, al igual que ocurría con las aspiradoras. Sencillamente se menos pesadas, más manejables y más potentes que los dispositivos anteriores.

Cortacésped autónomo

Un cortacésped autónomo, en cambio, sí podría significar un salto adelante. El público de un robot de este tipo sería más reducido –para empezar habría que tener un césped que cortar para tener una mínima intención de comprarlo– aunque en Estados Unidos existen múltiples zonas residenciales hacia cuyos habitantes se dirigiría la máquina.

Pero antes de pensar en la comercialización aún queda construirlo. De momento iRobot tiene vía libre para hacerlo, pues la FCC (Federal Communications Commission), el organismo regulador de las comunicaciones en Estados Unidos, le ha dado el visto bueno. No era fácil, pues la propuesta de la empresa para su cortacésped autónomo incluye una serie de postes que se comunican inalámbricamente con el robot, transmitiéndole qué recorrido tiene que hacer y qué obstáculos debe evitar.

Había un problema. El National Radio Astronomy Observatory cree que la señal de los postes que guiarían al cortacésped autónomo causará interferencias con los telescopios. El regulador estadounidense finalmente ha desestimado estas objeciones y ha dado permiso a iRobot para que prosiga con su proyecto.

Desde iRobot ya han declarado que esta decisión les deja margen, no solo para fabricar su cortacésped autónomo, sino para explorar las posibilidades de usar esa tecnología para crear otros productos. Una vía más de experimentación para una compañía que fabrica dispositivos robóticos para los hogares, pero también para empresas.

Imágenes: Semjonow Juri y iRobot

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