¿Merecen la pena los smartwatches a día de hoy?

Los smartwatches avanzan, pero siguen sin ser para todos los públicos. Analizamos en qué casos es recomendable adquirir uno.

El mercado de los smartwatches, esos relojes inteligentes que empezaron a ilusionar en 2013, no sólo se ha estancado, sino que las ventas han caído un 51.6 en el último trimestre respecto al mismo período del año anterior, según cifras de IDC. Detrás del desplome es fácil encontrar una razón clara: la falta de novedades en el período. Samsung, Apple o Pebble, tres de los grandes jugadores del nuevo mercado, han lanzado ahora sus novedades, por lo que antes no había mucho ánimo para comprar productos con cierta edad.

Sin embargo, cabe preguntarse, como reza el título, si a día de hoy merecen la pena los smartwatches. La respuesta es, como siempre, depende. Y depende de muchos factores, pero antes de entrar en ellos, es bueno hacer un repaso al estado del software y el hardware, los dos aspectos fundamentales donde podemos encontrar fallos y aciertos. La realidad del mercado es que, al igual que ocurrió con muchos smartphones hasta 2010 o 2011, la experiencia de usuario está muy lejos de la invisibilidad e inmediatez esperada en acciones ejecutadas sobre la muñeca. Siendo conscientes de las limitaciones energéticas y de espacio, hay que recalcar la lentitud con la que estos pequeños dispositivos llevan a cabo muchas de las tareas que pasan de su acción principal, notificar.

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En ese sentido, yendo a lo fácil, el Apple Watch merece la pena si se desea un dispositivo notificador con capacidad de respuesta avanzada en el mundo iOS, al igual que la mejor solución para Android es el Gear S3 de Samsung. No sólo es importante leer la notificación, sino poder contestarla de varias maneras o descartar y borrar mails, por ejemplo, y en ese sentido la integración del Apple Watch en el sistema es superior. De entre las soluciones económicas, destaca el Pebble 2, por unos 100€.

Para ejecutar aplicaciones, se puede decir que «el rey» es el Apple Watch, por su amplio catálogo, pero generalmente son tan poco útiles en el día a día que es un factor a tener poco en cuenta a día de hoy, salvo que sea el motivo de la compra. Más importante es el deporte en este tipo de relojes, y ahí los claros ganadores son los Samsung, con el Gear Fit2 a la cabeza por unos 200€. Todos los nuevos modelos, incluyendo el Apple Watch Series 2, incluyen GPS, pero incluso sin disponer de él, los Samsung hacen una monitorización de deportes pasiva que da mucha más información en directo que el Apple Watch, al que tienes que decirle específicamente el tipo de actividad, mientras que en los otros modelos la detección en deportes más variados es más precisa. Cuando se les avisa de que vas a iniciar un deporte concreto, todos activan el GPS (opcionalmente) y registran la actividad correctamente.

El Gear Fit 2 es la mejor opción para deporte con un uso moderado de notificaciones.
El Gear Fit 2 es la mejor opción para deporte con un uso moderado de notificaciones.

Sin embargo, saliendo de los dos usos principales, notificaciones y deporte, sí que se puede responder a la pregunta de manera más clara. No, los smartwatches aún necesitan madurar, y mucho, para llegar a cada muñeca. Y madurar implica mejorar y alcanzar cifras de venta y una escala que permita que modelos muy buenos lleguen a democratizarse, como la gama media de smartphones en 2013. Actualmente el precio al que salen al mercado es superior al precio medio de venta de los terminales de Android en el mundo, y aunque tiene sentido por el mercado al que se enfocan algunos modelos, moda o lujo, para la mayoría de consumidores sólo será un costoso accesorio que ni siquiera hace bien su tarea de sustituir en algunos casos al smartphones.

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