paper microscope

Un microscopio por un euro, luz para la sanidad en el tercer mundo

Investigadores de la Universidad de Stanford han creado un modelo de microscopio de papel, cuya fabricación cuesta menos de un euro.

El progresivo abaratamiento de la tecnología está arrojando cierta esperanza sobre lo que es una de las grandes lacras heredadas del siglo XX, cuando las colonizaciones y descolonizaciones con sus posteriores neocolonialismos, dejaron exhausto a medio mundo. La lacra se ha manifestado en forma de pobreza, de hambruna y de insalubridad, tres maldiciones que se retroalimentan entre sí. De esta forma, muchas de las enfermedades que sufren los habitantes de los países desfavorecidos no se curan por falta de recursos médicos.

Tal vez se necesita un medicamento que no se tiene o el instrumental adecuado para una intervención quirúrgica, o quizá ni siquiera se pueda obtener un diagnóstico porque no hay médicos. El drama que desata esta falta de recursos está lejos de solucionarse en muchas zonas del planeta, pero la tecnología podría contribuir a ello proponiendo soluciones más económicas que las conocidas hasta ahora. Un ejemplo de esto es el microscopio de papel que han creado unos investigadores de la Universidad de Stanford.

Este microscopio de papel tiene un coste de menos de un euro, es decir, por apenas 70 céntimos se puede construir uno. Gracias a una lente que tiene un precio de 0,4 euros, un LED y una pila de botón de 3 voltios, así como otras piezas adicionales, el dispositivo proporciona más de 2.000 aumentos.

Su construcción está basada en las técnicas de origami, el arte japonés de crear formas plegando el papel. Sus creadores afirman que se puede armar en 10 minutos y es capaz de soportar caídas hasta de un edificio de tres pisos. La facilidad de acceso que permite este microscopio de papel resulta alentadora para zonas de países en desarrollo donde la pobreza no permite contar con instrumentos para realizar análisis médicos apropiados.

La mejora de la sanidad en las zonas sin recursos es tal vez la aplicación más inmediata que se le puede atribuir a este microscopio, pero también podrá servir para impulsar la investigación en estas zonas. El carácter desechable del dispositivo, pues su bajo precio lo permite, reduce el riesgo de contagio de enfermedades, pues la exposición a éstas se minimiza.

También en los países ricos puede tener aplicaciones, concretamente en lo que se refiere a la difusión de la investigación microbiológica, ya sea a modo de afición o en el sector educativo. A las escuelas les saldrá lo suficientemente barato encargar una partida de microscopios de papel como para que cada alumno pueda utilizar el suyo propio.

Imagen: gonzales2010

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