biopsia líquida

Personalizar los tratamientos contra el cáncer, el objetivo de la biopsia líquida

El futuro de la lucha contra el cáncer cuenta ahora con un aliado más: la biopsia líquida. Esta técnica, en la que España es pionera, ayudará a personalizar las terapias oncológicas.

Todo cambia cuando alguien escucha en la consulta la palabra «maligno». Entonces el tiempo se detiene, las prioridades se transforman y la batalla contra el cáncer comienza. La lucha en realidad nunca termina, pues a pesar de los grandes avances de la medicina, los pacientes afectados siempre viven con el miedo a una posible recaída.

Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la incidencia del cáncer en 2012 superó los 200.000 casos en nuestro país. Pero la ciencia nos ha enseñado que esta enfermedad en realidad esconde un enorme catálogo de diferentes patologías, que no se originan ni se desarrollan de igual forma. Y por tanto, tampoco podemos abordarlos como si de un único tipo de cáncer se tratara.

¿Qué es el cáncer?

Nuestras células cuentan con mecanismos que regulan los procesos de división, acelerando o frenando estas fases según se necesite. En ocasiones, y por motivos que aún no conocemos del todo, estos frenos o aceleradores moleculares se alteran y las células comienzan a dividirse de manera descontrolada. Si además adquieren la capacidad de invadir otros tejidos, hablaremos de un tumor maligno.

La medicina había abordado la lucha contra el cáncer en función del lugar donde el tumor apareciera inicialmente. Por ejemplo, si las células malignas se desarrollaban en la mama, hablaríamos de cáncer de mama. En otras palabras, el tumor primario se originaba en la mama, y los tratamientos convencionales (cirugía, quimioterapia y radioterapia) se diferenciarían dependiendo del lugar de origen inicial.

biopsia líquida

Pero cuando las células malignas comienzan a invadir otros tejidos, hablamos de metástasis. La comunidad científica tampoco sabe muy bien por qué sucede este proceso, y qué influye para que células cancerosas de mama se extiendan a tejidos como el pulmón o el hueso. Pero esta invasión del tumor primario hacia otras zonas del organismo deja pistas en nuestra sangre, más conocidas como células tumorales circulantes.

Estas células fueron descubiertas hace más de 150 años, y su circulación en el torrente sanguíneo nos permite conocer a fondo el cáncer que afecta a un paciente. En muchas ocasiones, se observan mutaciones genéticas diferentes en el tumor primario y en las células malignas que producen la metástasis. Por tanto, incluso en el mismo individuo, se ve una preocupante heterogeneidad del cáncer que también debe valorarse a la hora del diagnóstico y el tratamiento.

El CSI del cáncer

El descubrimiento de las células tumorales circulantes, y su utilidad para conocer a fondo la enfermedad oncológica de un paciente, ha servido para promover la biopsia líquida. Esta técnica consiste en un sencillo análisis de sangre, a partir del cual se secuencia el genoma de las células cancerosas que viajan por el torrente sanguíneo.

De esta forma, la biopsia líquida ayuda a seguir la pista de las células tumorales circulantes, mostrando qué cambios han ocurrido en el ADN de estas células malignas y qué diferencias existen entre estas células y las que se encuentran en el tumor primario. A diferencia de las biopsias tradicionales, conocidas por ser procedimientos costosos, invasivos y dolorosos para el paciente, la biopsia líquida permite saber en dos o tres días el perfil genético de los «señuelos» malignos que circulan por la sangre de las personas afectadas.

biopsia líquida

Se trata, en cierta manera, de impulsar una suerte de «CSI contra el cáncer». La técnica es no invasiva y mucho menos dolorosa que la biopsia que se realizaba para conocer los tumores primarios, como sucedía en el caso del cáncer de mama. España es además pionera en la investigación de la biopsia líquida, pues centros como el Instituto de Oncología de Vall d’Hebrón (VHIO) y el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz trabajan en su aplicación en el cáncer colorrectal.

Los científicos creen que la biopsia líquida puede servir, por ejemplo, para diagnosticar antes una posible recaída del cáncer. Según un estudio publicado en The Lancet Oncology, era posible detectar la recurrencia de algunos tipos de linfoma entre tres y cinco meses antes de que aparecieran las primeras evidencias clínicas. Además de su aplicación en el diagnóstico, la biopsia líquida puede también mostrar qué cambios genéticos ha habido en las células cancerosas y así ayudar en la personalización de los tratamientos.

En ese sentido, una investigación realizada por científicos españoles sobre la leucemia linfática crónica mostró que podía haber una media de 3.000 mutaciones en el ADN que diferenciaban a las células cancerosas de las sanas en un mismo paciente. Esta enorme diversidad genética sólo prueba que la medicina debe abordar el tratamiento del cáncer en función de cada perfil de ADN individual, y no tanto por el lugar de aparición del tumor, como se realizaba tradicionalmente. La biopsia líquida será una herramienta clave en ese futuro de la lucha contra el cáncer.

Imágenes | zhouxuan12345678 (Flickr), science photo (Shutterstock), Berkeley Lab (Flickr)

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