La ciudad de Londres ha probado a crear una calle libre de emisiones en el centro urbano. La pregunta es si es viable y, sobre todo, ¿realmente es posible?
Las restricciones a la contaminación de los vehículos en las ciudades se imponen poco a poco. El caso de Londres no es una excepción. El gobierno británico anunció hace dos años que prohibirá los coches de combustión interna en el año 2040. Más trabajo queda aún por hacer en las ciudades. Por eso en Londres ha decidido empezar por un pequeño paso: crear una calle libre de emisiones.
Beech Street , situada junto a la parada de metro de Barbican, un poco más al norte de 'la City', ha sido la elegida por el Ayuntamiento de Londres. A partir de ahora, durante los siete días de la semana y las 24 horas del día, no podrán entrar vehículos que lancen emisiones. La calle solo estará disponible para la entrada de bicicletas y vehículos con motores eléctricos.
Se trata de un programa piloto de 18 meses. El Ayuntamiento probará si es posible crear una calle libre de emisiones. Porque aquí se encuentra el auténtico debate. Evidentemente se puede prohibir el paso de vehículos contaminantes, pero, ¿será realmente efectiva la medida?
Para contestar a esta pregunta se necesitará esperar al término del programa piloto. Aunque sí se pueden plantear ciertas dudas desde el inicio. Si el resto de las calles circundantes acogen vehículos contaminantes, ¿cuánto ganará en calidad el aire de Beech Street? Cuando los coches tradicionales intenten entrar en la calle y se les cierre el paso, ¿se acumularán en los extremos añadiendo más humos al aire?
Los esfuerzos británicos por reducir la contaminación
El ejemplo de Beech Street es una pequeña gota en un océano de necesidad. Aunque en Reino Unido ya se han empezado a tomar otras medidas para mejorar la calidad del aire. En algunas zonas se han instalado túneles capaces de absorber emisiones. Están construidos en polímeros con esta capacidad absorbente y se han colocado en lugares donde los humos afectaban al vecindario.
El país ha puesto en marcha un plan masivo para desplegar contadores inteligentes. La meta es ajustar los consumos energéticos en los hogares y oficinas. Es una fórmula para intentar reducir la generación de energía y, por tanto, las emisiones.
La ciudad de Londres libra su propia guerra contra las emisiones. En ella es importante un factor: la incentivación del coche eléctrico. Incluso se ha llegado a impulsar la transformación de las farolas en puntos de carga eléctricos. El proyecto de Beech Street es en sí un estímulo al coche eléctrico. Se trata, a fin de cuentas, de una forma de visibilizar sus beneficios y de promocionar su uso.
Imágenes: fietzfotos, fviveiros
