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¿Pueden las células de la piel ayudar en el tratamiento de la diabetes?

Investigadores de California plantean en un trabajo en Nature Communications la posibilidad de usar células de la piel para tratar la diabetes tipo II.

La diabetes es uno de los trastornos de salid pública más importantes y preocupantes que existen en el mundo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 347 millones de personas padecen una enfermedad provocada por la falta o el mal uso de la insulina por parte de nuestro organismo. Los problemas con esta hormona, encargada de regular los niveles de azúcar en sangre, podrían agravarse durante la próxima década. Y es que de acuerdo a la propia OMS, «las muertes por diabetes podrían multiplicarse por dos entre 2005 y 2030».

En particular, la conocida como diabetes mellitus tipo 2 se caracteriza por desórdenes en la secreción o en la acción de la insulina. Los factores de riesgo, según los expertos, son variados: un índice de masa corporal superior a 25, edad avanzada, bajo peso al nacer, dietas poco saludables o incluso el origen étnico juegan un papel importante en el desarrollo de este trastorno. Según algunos estudios, la diabetes tipo 2 provocó 2,9 millones de muertes en el año 2000, lo que supone un 5,2% del total de fallecimientos en el mundo.

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Para abordar esta enfermedad, los expertos recomiendan el control de los niveles de azúcar en sangre mediante un instrumento denominado glucómetro. La actividad física regular, una dieta saludable y, en ocasiones, la administración de diversos medicamentos ayudan a mejorar la calidad de vida de los pacientes con diabetes. A los avances en el diagnóstico de este trastorno, se suma ahora una nueva investigación que ha logrado que células de la piel produzcan insulina. El trabajo ha sido publicado en Nature Communications y supone un interesante paso en el campo de la biomedicina y la medicina regenerativa.

Los científicos de la Universidad de California han logrado «transformar» fibroblastos humanos en células beta, las células del páncreas encargadas de producir insulina. Lo han conseguido aplicando factores de reprogramación, en combinación con compuestos químicos específicos y factores de crecimiento. De este modo han podido «revertir» el estadio diferenciado de los fibroblastos -células del tejido conectivo- para dar lugar a células similares a las responsables de fabricar insulina en el organismo.

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Una vez realizado este paso, los investigadores trasplantaron estas «células beta» a modelos animales, de forma que los ratones pudieron segregar insulina. Ante las pruebas realizadas, en las que los científicos inducieron diabetes químicamente, los resultados son muy interesantes: fueron capaces de «frenar» la diabetes tipo 2 con una terapia celular por la que hacían que los propios animales de laboratorio produjeran insulina por sí mismos. Las conclusiones del estudio son prometedoras, ya que nos permite contar con una nueva estrategia frente a la diabetes tipo 2.

Sin embargo, las células obtenidas no son capaces de producir tanta insulina como las células beta que se encuentran normalmente en el páncreas, lo que podría limitar su aplicación clínica. Como también señalan en LiveScience, existe otro riesgo añadido: que la reprogramación de estas células no se haya realizado correctamente. Esto puede derivar en una proliferación desmesurada, lo que a su vez puede provocar la aparición de cáncer. Por tanto, aunque los resultados sean positivos, las investigaciones deben seguir analizando el potencial, la seguridad y la no toxicidad de esta estrategia tanto en modelos animales como en seres humanos.

Imágenes | Heiti Paves (Wikimedia), PixabayJudyta Dulnik (Wikimedia)

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