V One es uno de los primeros kits de realidad virtual que parece unas gafas de verdad. ¿Consigue dar el rendimiento de otras soluciones?
2016 está siendo definitivamente el año de la realidad virtual. Junto a los dos principales kits que existen en cuanto a gran calidad, Oculus y HTC Vive, Samsung acaba de lanzar sus nuevas Gear VR para el Galaxy Note 7. Sin embargo, la realidad virtual está aún, y seguirá por un tiempo, lejos de ser tecnología invisible. Aunque ese supuesto sólo llegaría con lentillas, acercarnos mediante gafas es el reto principal. La startup china Dlodlo es quien más se acerca de momento con su kit V One, pero ¿qué ofrece a día de hoy?
Tecnológicamente es muy similar a otras soluciones, con una pantalla QHD de 2400×1200 píxeles que ofrece una densidad de 1600 píxeles por pulgada (800 por ojo), 10 milisengundos de latencia y 105 grados de campo de visión. Para detectar movimientos en la cabeza utiliza un sensor de 9 ejes.
Con un peso relativamente similar a la apuesta de LG, el usuario obtiene un kit que sobre el papel es mucho mejor y se acerca más a los dispositivos de gama media-alta que soluciones baratas o mediocres como la mencionada de LG o Google Cardboard. A diferencia de los kits que usan smartphone, V One se conecta a una cajita que no es más que un smartphone sin pantalla donde se ofrece una tienda de aplicaciones a la que desarrolladores pueden contribuir mediante una API abierta.
En la práctica, parece que también mejora por mucho a otros kits en ciertos aspectos. Por ejemplo, las nuevas Gear VR ofrecen 101 grados en campo de visión, y aquí se obtienen 4 más. Por otra parte, a diferencia de lo que ocurre en el modelo de LG o en las Cardboard, las filtraciones de luz, un aspecto que de funcionar bien garantiza inmersión y de no hacerlo arruina la experiencia, están muy controladas. En cuanto a rendimiento, no se percibe lag con los juegos y aplicaciones soportadas.
Entonces, ¿dónde está la trampa de las V One? En dos aspectos, precio y conectividad. El pack se venderá en Kickstarter a un precio de 559 dólares, que es menos que la competencia más alta, pero mucho más de los precio del que debería ser su competidor directo, las Gear VR de Samsung. Por otra parte, aunque son más finas que estas, las V One requieren de conexión a su caja o a un smartphone con el que no pueden cargar. Si se suma el espacio de todo, realmente no son unas «gafas» todavía.
Aun así, la reducción del espacio, teniendo en cuenta que sólo estamos al comienzo de la realidad virtual, es una gran noticia.
Imágenes: Dlodlo
