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¿Qué te emociona más la música o la pintura? La ciencia tiene la respuesta

Científicos de la Universidad Complutense evalúan el efecto de la música y la pintura. ¿Qué emociones nos provocan? ¿Qué tipo de arte nos impacta más?

The river de Bruce Springsteen. La persistencia de la memoria de Dalí. Bloody Sunday de U2. El Guernica de Picasso. Canciones y obras que han conseguido tocar algo dentro de cada uno de nosotros, que nos hacen sentir algo especial. La música y la pintura tienen un poder especial sobre nuestro cerebro. ¿Pero qué arte nos emociona más?

El filósofo Friedrich Nietzsche llegó a decir que «la vida sin música sería un error». Y razón no le faltaba. Pero su cita puede ser aplicada también a otros campos: el cine, la pintura o la escultura. En función de la obra y de lo que logre transmitirnos, nos despertarán diferentes emociones. Un reciente estudio, publicado en Spanish Journal of Psychology, ha investigado qué nos impacta más. La respuesta, por ser una percepción subjetiva, no es sencilla.

El equipo de científicos, en el que ha participado la Universidad Complutense de Madrid, ha señalado que «la música nos emociona más que la pintura». Según explica Javier Campos-Bueno, «el estado afectivo que puede producir escuchar música es más intenso que el provocado por la contemplación de la pintura».

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Estas conclusiones han sido obtenidas tras realizar un estudio en 358 estudiantes de entre 16 y 35 años. Al someter a los voluntarios a dos pruebas, el equipo de Javier Campos-Bueno determinó que la música y la pintura provocan emociones positivas y negativas en nosotros mismos. Las obras artísticas que observaron representaban diferentes épocas y culturas de Oriente y Occidente, como Rosas de Van Gogh o Tránsito de la Virgen de José Antolínez. Por otro lado, los participantes escucharon canciones como el góspel inicial de Hércules (Disney), el Himno a la Alegría de Beethoven y un fragmento de la marcha Alí de la película Aladdín (Disney).

Los dos cuadros más valorados fueron los antes mencionados. Sin embargo, el lienzo Saturno devorando a su hijo de Goya despertó una sensación de de desagrado. Las canciones enumeradas también provocaron una emoción de felicidad y excitación, mientras que la banda sonora de Psicosis de Hitchcock activó una mezcla de excitación y desagrado. En la segunda prueba, los investigadores combinaron la música y la pintura para ver qué sensaciones aparecían.

«Lo más llamativo es que la interacción entre la música y pintura no es del mismo tipo», asegura Campos-Bueno. La música incrementaba la percepción agradable de una pintura, pero el efecto a la inversa no se producía. Una pintura desagradable, por ejemplo, pierde ese valor cuando se mezcla con música agradable. Sus conclusiones ponen de manifiesto que, al menos en el trabajo realizado, la música emocionaba más que la pintura, “a pesar de que buena parte de nuestros recursos cerebrales para procesar estímulos se dedican a atender a lo visual, frente a otras modalidades sensoriales», concluyó el especialista.

Imágenes | Craig O’Neal (Wikimedia)

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